«Inercia del Sueño: El Problema que Impacta en Nuestro Rendimiento Diario»

Sucede en personas que duermen a diario la cantidad de horas recomendadas pero sin que ello les baste para reponerse.

Hay personas que por las mañanas sienten un cansancio que no se corresponde con las horas de sueño que tuvieron durante la noche. Lo peor es que la sensación de embotamiento las acompaña gran parte del día, aunque hayan dormido las siete u ocho horas recomendadas por los especialistas, y eso termina afectando su rendimiento.

La «inercia del sueño» dificulta en grados variables el desarrollo de nuestra rutina al provocar una sensación de fatiga o falta de descanso suficiente.

Esto se debe a un estado elevado de «inercia del sueño», un proceso que modula la memoria, el estado de ánimo, el tiempo de reacción y el estado de alerta al despertar, según un estudio.

Algunas personas experimentan un rendimiento reducido y aturdimiento después de apagar la alarma por primera vez. Sin embargo, pese a que es esperable que los efectos de la inercia del sueño desaparezcan después de 15 a 60 minutos, pueden durar horas en algunos casos con la misma sensación. Según los especialistas, la inercia del sueño afecta las habilidades cognitivas más sofisticadas, como el pensamiento evaluativo, la toma de decisiones, la creatividad y el uso de reglas.

FACTORES QUE INCIDEN

El doctor Raj Dasgupta es especialista pulmonar, experto en medicina del sueño y profesor clínico asociado de medicina en la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, y enumeró qué factores fácilmente modificables pueden interferir con los procesos de restauración y recuperación:

Fatiga. La Fundación Nacional del Sueño de los EEUU reconoció que es posible que algunos adultos necesiten más de ocho horas de sueño para sentirse con energía. Un primer paso podría ser intentar acostarse una hora antes o despertarse una hora más tarde de lo habitual y ver si eso marca la diferencia. Y sería conveniente un examen físico de rutina.

Estilo de vida sedentario. El cuerpo de las personas sedentarias puede acostumbrarse a tener que gastar bajos niveles de energía, por lo que es posible que se sientan más cansadas de lo que deberían al tratar de realizar las actividades diarias básicas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos realicen al menos 150 minutos (dos horas y media) de actividad física de moderada a vigorosa a la semana.

Ansiedad o depresión. Estos cuadros pueden ser energéticamente agotadores e influir negativamente en el tiempo necesario para conciliar el sueño.

Sueño inconsistente. A veces, los horarios de descanso difieren entre semana y los fines de semana, así como en personas con trabajos basados en turnos rotativos. Eso provoca en el organismo un efecto muy parecido al jet lag (cuando las personas vuelan de un punto del planeta a otro con huso horario muy diferente).

Deshidratación. No estar bien hidratado se relaciona con una disminución del estado de alerta y un aumento de la somnolencia y la fatiga. Los expertos recomiendan que las mujeres consuman 2,7 litros de líquidos al día y que los hombres 3,7 litros. Esta recomendación incluye todos los líquidos y alimentos ricos en agua como frutas, verduras y sopas.

Ambiente o rutina deficiente para dormir. Tener una buena higiene del sueño incluye mantener la habitación oscura, tranquila y fría durante la noche, y no usarla para ver películas, comer o utilizar el celular. Además se debe evitar el consumo de bebidas con cafeína menos de seis horas antes de acostarse y limitar el consumo de alcohol y comidas pesadas o picantes al menos dos horas antes de acostarse. 

Problemas con la pareja para dormir. La persona con la que uno comparte la cama tiene un gran impacto en el sueño propio. Si el compañero de cama tiene un trastorno del sueño, ronca o da vueltas, o simplemente tiene un horario diferente que interrumpe el sueño del otro, esto puede interrumpir el horario de sueño.

Trastornos del sueño. Alguien con apnea del sueño podría despertarse 50, 100 veces o incluso más durante la noche, por lo que los especialistas recomiendan consultar a un especialista en caso de sufrir este tipo de patologías.

Como en toda situación que afecte nuestra salud, lo más conveniente de hacer es solicitar una consulta a nuestro médico.