Supermercadistas pymes muestran cautela ante el balotaje.

Miguel Simons, referente del sector, planteó que las pequeñas empresas aguardan precisiones respecto de temas de fondo como reforma laboral y reducción impositiva.

Un rubro que sirve de termómetro indiscutido a la hora de evaluar los vaivenes de una economía errante es el de las ventas en supermercados. A las vicisitudes que exhibe la Argentina a nivel macro se suman las particularidades de nuestra región.

La decisión antes de cargar productos en el carro exige hoy un cuidadoso proceso previo, que demanda muchos cálculos.

Las personas comprenden el alcance de la erosión con que la inflación reduce sus ingresos al momento de intentar llenar los carros de las compras, y ven cómo su poder adquisitivo va concentrándose solo en aquellos productos indispensables para una mínima subsistencia.

LA MIRADA LOCAL

Miguel Simons, referente de los supermercadistas pymes en la ciudad de Resistencia, en contacto con NORTE habló sobre las expectativas del sector para los próximos meses. «No se avizora una mejora en la situación económica general. Los ajustes de precios son permanentes. Se pasó de mes a mes a semana a semana, y ahora día a día. Había mucha incertidumbre antes del resultado de los comicios del domingo pasado. Incluso algunos colegas expresaron la reticencia a abrir ayer (por el lunes). No hay provisión normal por parte de los proveedores. El pequeño empresario expone todo su capital en las góndolas y la falta de certezas sostenida en el tiempo genera desazón», indicó.

Miguel Simons habló con NORTE acerca de las expectativas del sector para las próximas semanas.

Respeto de cómo avizoran el panorama por lo menos hasta que se conozca el resultado del balotaje, detalló que «estamos con un stock crítico por toda esta situación que viene de arrastre y a la que no se le ve salida. Nosotros no sentimos la presión de compras de la semana anterior a estas últimas elecciones, ya que la gente se volcó a los mayoristas o las grandes cadenas, por lo que el efecto nos resultó intrascendente. Tras el resultado de las elecciones presidenciales hoy (por ayer martes) se clarificaron un poco las variables, pero desde el comienzo de la campaña ningún candidato brindó presiones sobre aspectos fundamentales como lo laboral, los impuestos y la inflación. Ahora estamos igual, esperando qué pasará el próximo 19 de noviembre, pero mientras tanto no hay medidas de fondo. Falta mucho tiempo para el 10 de diciembre, y para conocer las medidas efectivas del próximo presidente».

«En este marco económico, solo se piensa en acciones para mantenerse a flote. La industria, por ejemplo, baja su producción para no desprenderse de materia prima. En artículos como el azúcar o la harina, se entrega el 30 o 40 por ciento de lo solicitado, ya que el productor no puede saber a ciencia cierta cuáles son sus costos reales y calcular así su margen de ganancia. Por eso algunos precios se dolarizan o se toman como referencia al cambio blue. Después de las PASO y la devaluación hubo un cimbronazo, que esta vez por suerte no se dio tan abruptamente, pero las condiciones que favorecen la espiral inflacionaria no se han modificado, por lo que no esperamos que haya una baja ni que los consumidores tengan resto para volcarse a adquirir productos masivamente», finalizó.