«Simons advierte que la concentración de poder en pocos supermercados condenará a las pymes»
El referente del supermercadismo chaqueño estima que entre octubre y diciembre del año pasado, los productos de la canasta básica subieron un 100%. Además, explica por qué se generan faltantes.
El año 2023 finalizó con subas generales en productos de la canasta básica, y el 2024 empezó de la misma manera. Fueron varias las industrias alimenticias que aplicaron aumentos desde el primer día hábil de enero. Y además, son cada vez más notorios los faltantes de productos y variedad de marcas en las góndolas.

En medio de la fuerte aceleración de precios, mediciones privadas a nivel nacional hablan de un freno en el consumo masivo que ya se notó en el último mes de 2023; justamente un período del año en el que, estacionalmente, el consumo suele ser elevado.
El referente del supermercadismo chaqueño, Miguel Simons, analizó la evolución de los precios en los últimos meses, e hizo foco en las políticas del nuevo gobierno, sobre las cuales advirtió efectos negativos en los negocios pymes del sector.
«La mayoría de los productos aumentaron por encima del 29% (promedio en que se estima estará la inflación de diciembre), salvo la carne que comenzó nuevamente a atrasarse», indicó Simons a NORTE. Así estimó que entre octubre, noviembre y diciembre del 2023, «todos los productos (de la canasta básica) aumentaron en promedio un 100%». Y confirmó que durante diciembre, los pequeños supermercados notaron una caída en el consumo.

«Hasta ahora se hicieron ajustes, hubo sinceramiento de tarifas y precios como los combustibles, pero nadie habla de un plan de estabilización, de cómo empezar a combatir la inflación y cómo sostener el consumo», alertó el empresario. Dijo así que son varias las alertas dadas por distintos sectores al gobierno nacional sobre el impacto que tendrán las múltiples subas en el consumo masivo.
«Habrá una gran concentración de poder en pocas empresas, en supermercados y en la industria, que hará teclear a muchas pymes», advirtió Simons.
Faltantes de productos y marcas

Una derivación del escenario de incertidumbre económica que predomina todavía en el país -pese a medidas como la devaluación y la liberación de precios- es el faltante de productos y marcas tanto en grandes cadenas como en pequeños supermercados y almacenes.
«Hay dificultades con la provisión fluida de algunas mercaderías, sobre todo de algunas marcas» , ratificó Simons. El empresario atribuyó esos faltantes a previsiones que hacen los supermercados más grandes y las industrias sobre una nueva devaluación del peso –entre febrero y marzo-, y de allí la decisión de no ofrecer todos sus stock. «Siguen entregando mercadería, pero en menor cantidad. Saben que les conviene más retener stock, sin desabastecer al mercado, pero sin abrirse completamente a la venta», redondeó.
Agregó a ese panorama la financiación que dan los proveedores de alimentos, que es actualmente del 0%. «Aprovechan para decir que envían la mercadería con pago al contado contra entrega», expuso, resaltando que los supermercados pymes no pueden afrontar ese tipo de exigencias.
Según estimaciones privadas, recordó, en diciembre el índice de precios al consumidor podría cerrar un aumento en torno al 29 y 30%, pero con incrementos de los alimentos superando ese promedio general.
«Si hablamos de esos niveles de inflación, el valor del dólar comienza a atrasarse nuevamente. Algunas empresas están previendo –y por eso reduciendo la oferta- que para febrero-marzo podría concretarse un nuevo ajuste del tipo de cambio (devaluación)», explicó.
Los proveedores siguen entregando mercadería, pero en menor cantidad. Saben que les conviene más retener stock, sin desabastecer al mercado, pero sin abrirse completamente a la venta.
Políticas que perjudican a los más pequeños
Miguel Simons advirtió que las políticas nacionales perjudican al supermercadismo pyme, es decir, a los supermercados de proximidad instalados en los barrios. En esa línea, se mostró sorprendido por el desconocimiento que muestran «algunas autoridades nacionales del área de Comercio», quienes «no entienden lo básico de la comercialización y del manejo de ahogo que hacen las grandes empresas».

«Las grandes cadenas de supermercados pueden tener góndolas vacías, como forma de no convalidar precios demasiado caros, y como una forma de presionar a sus proveedores; pero si yo le digo a una industria alimenticia grande o a sus distribuidores que no le voy a comprar sus productos, no pasa nada», contrastó.
Asimismo, el empresario alertó que el desembarco de los formatos «exprés» de las grandes cadenas supermercadistas en los barrios y como comercios de proximidad «terminará por asfixiar al pequeño supermercado familiar». E indicó que los super más chicos no pueden competir contras las marcas propias de esas cadenas.
«El supermercadismo pequeño está subsistiendo por cercanía y resignando rentabilidad, pero con el tiempo se producirá un quiebre», subrayó el empresario.