«Descenso en el Consumo de Carne: Menor Cantidad y Calidad, según Reportes»

Luis Sotelo, de la Cooperativa Unidos, analizó para NORTE la situación del sector y afirmó que «los salarios no acompañan los precios de la carne».

El precio de la carne es hoy en nuestra provincia y en el país el dato que más persiguen las familias para mantener el consumo de esta proteína básica para nuestra alimentación. «Los precios subieron hasta un 55 por ciento desde la segunda quincena de noviembre y la primera de diciembre del 2023 y ahora bajaron un 15% por la gran caída del consumo».

Oferta dispuesta en la carnicería «El Corte» de Resistencia, en avenida Italia 145.

Sotelo analizó el mercado con cierto pesimismo, declaró que «si bien el consumo bajó, el cambio más radical que se siente en las carnicerías es en la elección de los cortes». El hábito del consumo de carne está tan arraigado en nuestra cultura que según el empresario «la gente hace un gran esfuerzo para seguir comprando la misma cantidad y resigna la calidad. Los clientes que compraban ternera, muchos ahora optan por el novillo o vaca. Igual que en los cortes, el que compraba lomo, hoy se inclina por aguja o paleta».

Luis advierte que a los productores no les conviene tener a los animales más tiempo en sus campos. «Si el consumo baja el dueño del animal debe seguir con su alimentación y el bovino crece. Un ternero engorda 1.2 kilogramos por día aproximadamente y con el paso del tiempo de ternero pasa a novillo, que tiene un menor valor en el mercado» explicó.

«La gente viene con la misma plata a la carnicería porque los sueldos no subieron, uno se da cuenta que antes la gente venía con la idea de comprar un corte, hoy no importa mucho lo que se lleva, importa que el precio sea lo más bajo posible» comentó Sotelo.

Uno de los «bolsones» que ofrece la carnicería de la Cooperativa Unidos con el objetivo de mantener sus ventas.

COMBOS ANTE LA CRISIS

En la cooperativa ante la situación emergente ofrecen bolsones con combos a un precio más bajo y ofertas comprando por cantidad. Una de las más destacadas es el precio de la costilla, que comprando más de 2 kilos, cada uno cuesta 4.500 pesos.

En relación a la empresa Sotelo advierte que además de la baja del consumo, los costos para mantener la cooperativa subieron exponencialmente. «Acá usamos muchos insumos que no podemos dejar de comprar por ejemplo una llave de las cañerías de vapor que son de cobre, hace unos meses valía 25.000 pesos y hoy está 120.000 pesos».

La situación repercute adentro de la cooperativa al igual que en los consumidores, Sotelo comenta que está en diálogos internos para ver cómo pueden aumentarles los salarios a los trabajadores. «Estamos buscándole la vuelta porque no vemos que esto mejore en el corto plazo. Además de la inflación todavía nos falta afrontar la suba de las tarifas de los servicios qué va a ser otro golpe muy duro para nosotros».