Incertidumbre sobre el empleo industrial en aumento en el Chaco.
Las medidas macroeconómicas nacionales afectan las condiciones de producción y la demanda de mano de obra en el sector fabril.
Un informe publicado recientemente por la consultora internacional Manpower dio cuenta de las expectativas respecto del empleo en nuestro país. El trabajo contó con una muestra de 700 empresas de toda la Argentina, a cuyos responsables se les preguntó sobre qué estiman hacer con sus plantillas de empleados en el segundo trimestre del año.
El informe indica que los empleadores reportaron una Expectativa Neta de Empleo (ENE) de +1 punto ajustado por estacionalidad, demostrando un declive de 1 punto porcentual en comparación trimestral y 14 puntos porcentuales en la interanual. «Los resultados revelan que el 33% de los empleadores encuestados planea aumentar sus dotaciones de personal, el 32% disminuirlas, el 30% no espera realizar cambios y el 5% restante no sabe si los realizará durante el período relevado», señala el estudio.

Al desglosar los números finales, surge que los rubros relacionados con la tecnología y los servicios son los que impactan positivamente en los índices, pero aquellos relacionados con la producción y la industria marcan una caída abrupta en las previsiones, una señal del cambio de modelo hacia una economía mayormente enfocada a los servicios.
LA REALIDAD DEL EMPLEO INDUSTRIAL EN EL CHACO
Sergio Robaina, propietario de la empresa La Bella -dedicada a la fabricación de colchones y muebles-, en diálogo con NORTE dio detalles de la situación que atraviesa la mayoría de los emprendimientos fabriles en la provincia: «Nuestro sector es parte de una cadena, cuando se deben hacer ajustes el último eslabón es el empleo. Cuesta dejar ir a un colaborador, ya que para que alguien maneje correctamente una máquina, por ejemplo, se necesita una capacitación de 6 meses a un año, así que como se entenderá son recursos humanos muy valiosos que no se pueden reemplazar de un día para el otro como sucede en algunas actividades que requieren tareas menos especializadas. Además, como somos una pyme se genera un lazo muy cercano. Los trabajadores ven cómo estamos pendientes las 24 horas para mantenernos pese a todo y nosotros valoramos el compromiso que demuestran en cada jornada, así que reducir la planta de personal es el último recurso que queda antes de bajar las persianas y cuando se han agotado todas las demás alternativas de achique».
Respecto de las expectativas a corto y mediano plazos, Robaina señaló que «creo que todos estamos aguantando en este escenario económico. Nunca se pierden las esperanzas de que mejoren las proyecciones, pero la preocupación es cuánto durará este contexto en que la demanda se ha desplomado por la erosión de los ingresos. Con quienes hablo comentan que la baja en las ventas va desde el 25 al 40 por ciento. Esto no se puede sostener».
«La realidad es que se exponen números, índices, porcentajes, pero detrás de esas cifras hay personas y familias. Hemos visto lamentablemente en nuestro país en las últimas décadas lo que cuesta reflotar las condiciones para la producción industrial una vez que se las ha descuidado. Es un equilibrio muy delicado en el que interactúan todas las variables de la micro y macroeconomía», indicó.