Ahorristas chaqueños celebran fallo contra arbitrariedad de automotrices.

Una sentencia en primera instancia obliga a las empresas a poner reglas claras en la fijación de las cuotas y recalcular el valor.

La jueza del Civil y Comercial 2 de Resistencia, Ana Kassor, resolvió en la semana un amparo presentado por seis titulares de planes de ahorro contra una automotriz de origen alemana por prácticas abusivas en el establecimiento de las cuotas que se abonan mensuales.

Ahorristas celebran un fallo en primera instancia que busca limitar las prácticas abusivas cuando se comprar un auto en cuotas.

El común denominador de lo que padecen quienes compran vehículos a plazo y que deben judicializar cuando la situación se hace insostenible, a punto de tal de poder perder un bien en el cual ya se invirtió mucho dinero.

Es cierto que es un fallo en primera instancia que se descuenta que será apelado por las empresas pero que no deja de ser un alivio para los suscriptores en una batalla que se inició en 2019, tiempo desde el cual los ahorristas siguieron abonando pero con un valor tomado desde que se inició el proceso.

«Se evidenció que las cuotas aumentaban más que la inflación, la evolución de los salarios o la cotización del dólar, en algunos casos hasta 300 por ciento», subraya Carlos Díaz, abogado que patrocina a los damnificados.

En este tipo de operaciones una de las cuestiones que siempre atacan los letrados es lo que señalan como una violación a la Ley de Defensa del Consumidor, que expresa que quien adquiere un bien debe tener la información de lo que tendrá que abonar con el tiempo, lo que no se da con los planes de ahorro.

ARGUMENTO

«El argumento principal para promover la demanda radicó en el incumplimiento de la administradora de planes de ahorro en aplicar al cálculo del valor móvil de los vehículos, todos los descuentos y/o bonificaciones que el fabricante le otorga a los concesionarios de la marca por los mismos rodados según lo establece el art 32 de la resolución 8/15 de la Inspección General de Justicia», añade Díaz.

En criollo, si existen diferencias de precios entre lo que se sale el coche adquirido a la fábrica y lo que se vende en las concesionarias, se debe tomar siempre el menor valor no el mayor como ocurre en los cupones que se emite a los suscriptores.

«Llama la atención que en muchas ocasiones el precio sugerido tiene una diferencia de millones de pesos con el precio en el que definitivamente el producto se comercializa. Y esto no puede sino obedecer a una bien pensada estrategia comercial de parte de la fábrica. Sugiere un precio que es aquel en el que los productos se comercializan por vía del autoplan (el valor móvil es el precio sugerido a las concesionarias), pero al permitir amplios márgenes de ganancias, habilita la posibilidad de realizar bonificaciones en los valores tan cuantiosas, que conducen al absurdo de que un vehículo de peor modelo, cueste más que uno de mejor modelo», indica un extracto del párrafo.

Esto significa no otra cosa que con los descuentos que no trasladan a los ahorristas, las concesionarias acumulan ganancias que luego le permiten vender por precios más bajos cuando el trato es directo sin pasar por las fábricas.