«Solo el 25% de los hipertensos en el país está siendo tratado y controlado adecuadamente»

Es la primera causa de ACV y también está asociada con el infarto de miocardio y la insuficiencia cardíaca.
Detrás de las enfermedades que habitualmente ocupan un lugar central en la agenda pública, hay patologías y factores de riesgo que tienen un impacto silencioso pero constante en la salud de los argentinos. La hipertensión arterial (HTA) es un claro ejemplo: apenas la mitad de los pacientes está diagnosticado y muchos de ellos no cumplen correctamente con los chequeos médicos recomendados para mantenerla bajo control.

Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) y los datos arrojados por los estudios Renata 1 y 2, cerca de un tercio de la población adulta de la Argentina es hipertensa. Incluso algunos autores, como por ejemplo los del estudio PURE, advierten que esta prevalencia podría ser aún mayor.
«Casi la mitad de estos pacientes desconoce ser hipertenso, mientras que el número de aquellos que son tratados y efectivamente controlados es de aproximadamente 25%. De esta manera, solo 1 de cada 4 pacientes hipertensos tiene su PA adecuadamente controlada, constituyendo un serio problema de salud pública, debido a la fuerte vinculación de la hipertensión arterial con el desarrollo de otras enfermedades», plantea el doctor Pablo D. Rodríguez, jefe de la Clínica de Hipertensión Arterial del ICBA Instituto Cardiovascular.
ESCENARIO ADVERSO
Se conoce como hipertensión arterial el aumento sostenido de la presión arterial a valores iguales o mayores a 140/90 mmHg. Es decir, lo que habitualmente conocemos como 14/9 cuando realizamos una medición de rutina. «Es una enfermedad y a la vez un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, neurológicas y renales. De acuerdo con diferentes análisis, la presencia de HTA es la primera o segunda causa de morbimortalidad en la población mundial», advierte el doctor Rodríguez.
La mayor parte de esta morbimortalidad está asociada con el impacto sobre la enfermedad cardiovascular, ya que se trata de la primera causa de accidente cerebrovascular y uno los principales desencadenantes de infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca. Por otra parte, la hipertensión arterial junto con la diabetes constituyen las dos principales causas de enfermedad renal crónica e ingreso a diálisis. En resumen: corazón, cerebro, riñón y arterias son los llamados órganos blanco de la HTA y los más comprometidos cuando la PA no está adecuadamente controlada.
No es casual que la HTA sea denominada en el mundo de la salud como un «asesino silencioso».
Por qué miles de pacientes abandonan sus tratamientos
Tres factores que juegan muy en contra
El dato que muestran las estadísticas disponibles en Argentina, en que solo la mitad de los hipertensos está diagnosticado, es solo el primer escalón del problema. El segundo obstáculo radica en que muchos de los que saben que son hipertensos no respetan los esquemas terapéuticos que les indican los médicos. «La adherencia es el Talón de Aquiles de los tratamientos crónicos. Se considera que, al año de la indicación, solo el 50% de los pacientes cumple el tratamiento de acuerdo con lo indicado», apunta el doctor Pedro D. Rodríguez.

¿Cuáles son los motivos por los que los pacientes empiezan a dejar el tratamiento? Hay principalmente tres. «En la actualidad los motivos económicos, vinculados al costo de la medicación, constituyen una de las principales causales de abandono. Y no debemos soslayar otras causas, como la presencia de efectos adversos, que si bien son menores, muchas veces inducen al abandono de un determinado fármaco», sostiene el experto.
Una tercera pata de esta problemática es mucho más simple y está atada a la vorágine cotidiana. El olvido por períodos cortos o, en ocasiones, más prolongados es el motivo más comúnmente señalado por los pacientes al argumentar su falta de constancia. «El uso de combinaciones farmacológicas en un único comprimido, al disminuir el número de tomas diarias, facilita el tratamiento y se ha comprobado que mejora significativamente la adherencia», recomienda Rodríguez.
El especialista del ICBA destaca además que una buena relación médico-paciente es una herramienta fundamental en la mejoría de la adherencia.
En los consultorios se hacen pocas mediciones
La recomendación médica es controlar la presión arterial al menos una vez al año, a partir de los 16 años. Esto no excluye que los niños también deberían tener un control en cada visita al pediatra, ya que hasta un 10% puede ser hipertenso. En caso de que tener antecedentes familiares, lo mejor es aumentar la periodicidad de los chequeos.
«Es importante señalar que la responsabilidad de controlar la presión arterial no debe recaer solo en los pacientes. El estudio Rampac, realizado por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial en 9 hospitales de todo el país, demostró que solo en el 14% de las consultas se midió la PA, incluyendo en solo la mitad de las consultas cardiológicas en las que este registro debiese ser parte fundamental», explica el experto del ICBA Instituto Cardiovascular, donde dirige una clínica especializada en esta patología, integrada por un grupo de profesionales con vasta experiencia.
Distintas sociedades científicas recomiendan realizar los registros con equipos automáticos validados, que aportan una mayor precisión y evitan errores de los tradicionales equipos aneroides.