«La responsabilidad y puntualidad de Érica eran notables; nos alarmamos cuando no llegó a tiempo.»

Desde la Escuela 266, donde trabajaba, recordaron a la docente asesinada el pasado viernes cuando hacía dedo para llegar a su trabajo.
La biblioteca de la Escuela 266, donde trabajaba Érica Beatriz Torrez aún espera su llegada, como lo hicieron sus colegas de trabajo el fatídico viernes 24 de mayo, sin saber que ella agonizaba en un camino rural, tras ser brutalmente atacada. La directora de la institución, Claudia Arriola, habló tras la vuelta a la actividad, el impacto de lo sucedido y recordó a Érica y su impacto en la comunidad educativa.

«Hoy es como que uno retoma el trabajo escolar, la jornada laboral y es ahí donde realmente se siente la ausencia. De todas manera, hemos hablado con los alumnos, le hemos explicado la situación y en este momento, nosotros los adultos tenemos que acompañarnos entre nosotros y a su vez sostener y contener a los alumnos», agregó.
«Érica era una persona súper activa, era muy responsable, ella si no venía avisaba, si no podía llegar. Aunque nunca llegó tarde, si tenía algún inconveniente avisaba y eso fue lo que nos preocupó el día en que ella no vino», recordó. «Estaba siempre predispuesta, muy buena compañera, aunque no le tocaba hacer un trabajo, ella siempre estaba acompañando a sus colegas en lo que tenía, como arte en las manos», agregó.
El viernes era una mañana típica, pero era la previa al 25 de Mayo y Érica era muy puntual. «En general entre 7.10, 7.15 suelo llegar yo, y ella si no está antes llega ahí nomás», contó la directora. «Nos preocupamos, realmente porque no llegaba, y ella tenía, le gustaba hacer todo lo que sea manualidades. Tenía que traer todo preparado referente al libro de actas, que se prepara en cada evento que se hace.
El acto era 8.40, de la mañana y los docentes generalmente, se comunican con el secretario, avisan. Yo también le mando mensaje, nunca le llegó, noto que no le llegaba, y bueno, después nos vamos al acto. Ya estábamos preocupadas, sobre todo sabiendo cómo era ella, además las chicas me dijeron, que ella todos los días iba y venía a dedo. Y después Inés (una de sus colegas) a la salida, la lleva hasta la ruta y la dejaba», detalló. «Hasta las 10.30 o a las 11, fue recién se apersonó la Policía y nos avisaron que probablemente podría ser ella la que se encontró y a las 12.30 aproximadamente nos avisan que era ella», indicó
El resto, para sus seres queridos, para su escuela, colegas y alumnos queda el recuerdo de «una mujer trabajadora, una gran compañera, una excelente profesional, una gran esposa, una gran madre e hija».