«Kioscos capitalizan su proximidad para sostener ventas»

Si bien la situación económica provoca retracciones, las promociones de proveedores y el reemplazo por marcas más accesibles sostienen el flujo de la demanda.

En el difícil contexto que atraviesa nuestro país, el rubro quioscos es un termómetro de cuánto afecta la baja de ingresos a la economía real.

En las últimas horas, han tenido gran repercusión las declaraciones de Ernesto Acuña, presidente de la Asociación Kiosqueros de la Argentina, quien indicó que en la comparación interanual las ventas cayeron un 40 por ciento, fenómeno atribuido, en gran parte, a las fuertes subas de precios.

EL PANORAMA LOCAL

NORTE consultó a Bernardo Walter, propietario de la cadena de kioscos El Chamán, de la ciudad de Resistencia. «Quizás en las grandes ciudades las relaciones son más impersonales y el kiosco no tiene la misma entidad para los vecinos de un barrio que tiene aquí. Nosotros lo concebimos desde siempre como un servicio que es parte de la vida de la gente. Desde nuestros comienzos seguimos esa línea, y vemos la respuesta positiva de nuestros clientes. Hace diez años trabajamos en el rubro en nuestro medio así que conocemos todos los eslabones de esta cadena y las particularidades de nuestro mercado», indicó.

Bernardo Walter, propietario de kioscos El Chamán destacó la respuesta de los clientes.

Respecto de la evolución de la actividad en estos últimos meses, Walter señaló que «al cimbronazo de diciembre-enero le siguió una dura pulseada con los proveedores para llegar a precios que estuvieran más cerca de la realidad que de las expectativas infladas por la especulación. Se vio cómo muchas empresas multinacionales, principalmente las fabricantes de productos alimenticios, tuvieron una pulseada con grandes cadenas de supermercados por el mismo tema. La realidad es que primó la razón porque si no se les iba a vencer la mercadería en los depósitos. La gente rechazó los precios abusivos. Triunfó la ley de la oferta y la demanda. Y lo que se escapó del alcance de los bolsillos fue reemplazado por artículos de las llamadas segundas marcas».

«La estrategia es clara y se sostiene en el tiempo. Nosotros ofrecemos stock variado y servicio 24 horas. La gente sabe que acude y encontrará un producto que le brinde la solución que busca en el momento. Es la ventaja de la cercanía en el día a día, cuando se necesita una respuesta exprés. Como consumidores debemos aprender a comprar, cuidar el ingreso y el ahorro. Como empresarios debemos adaptarnos a la coyuntura de nuestros clientes. Así se logra el punto de equilibrio», agregó.

Acerca del impacto de la Semana de la Dulzura, Walter comentó que «hubo buenas ventas, el frío ayudó a que se consuman chocolates y alfajores, por ejemplo. Son los vaivenes que se dan en el transcurso del año. En esta temporada en nuestra zona baja el consumo de bebidas frescas, pero ni bien empieza el calor se dispara».