El consumo de carne sigue cayendo debido a la pérdida del poder adquisitivo

Según los empresarios locales, en el Chaco se vende 20 % menos que hace un año. La retracción a nivel país fue de 11,3 % en los primeros nueve meses de este año.
En consonancia con lo que ocurre en buena parte de los rubros como consecuencia de la recesión y la crisis económica, el consumo de carne vacuna continúa en caída libre y, tras la retracción registrada en los primeros nueve meses del año, en torno al 11,3% respecto del mismo período de 2023, el índice alcanzó su peor marca del último cuarto de siglo.
Así lo consignó un el último informe elaborado por la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra) que destacó además que «el consumo aparente de carne vacuna per cápita promedió 46,8 kilos por persona en los primeros nueve meses de 2024, una baja de 6,6 kilos por habitante».
La provincia del Chaco no escapa a esta realidad y los empresarios locales calculan que, en líneas generales, se comercializa entre un 10 y un 20% menos que el año pasado, por lo que los esfuerzos por afrontar los costos y sostener las plantillas de personal son cada vez más grandes.
Desde la Ciccra estacaron además que «este es el nivel de consumo más bajo registrado en los últimos 26 años».
CAÍDA GENERALIZADA
A nivel local, se confirma la tendencia a la baja registrada en el país. Julio Augusto, dueño de la carnicería La Esperanza, consideró que en el rubro cárnico ocurre lo mismo que en muchos otros: «el poder adquisitivo de la gente se desplomó y eso obliga a ajustar gastos, pero no sólo en lo que respecta a la carne sino a todos los bienes que consume la gente», analizó.
El empresario destacó que la retracción se produjo aún en un contexto en el que los precios se mantuvieron relativamente estables. «A pesar de que no tuvimos aumentos significativos en los valores en el mostrador, estamos vendiendo menos y lo que nos preocupa es que el precio del animal en pie está atrasado, con lo cual, no sabemos hasta cuándo se podrán mantener en las carnicerías», analizó.
Augusto consideró que la carne «continúa siendo un producto relativamente barato: si se lo compara con lo que vale una hamburguesa u otros platos, comer un asado sigue siendo una opción asequible».
En las carnicerías, la demanda cambió en función de los tiempos. Se hacen promociones buscando incentivar el consumo, pero los clientes «compran justo lo que necesitan». «Las cantidades se redujeron y si antes llevaban una manta, ahora calculan el kilaje antes de adquirir los productos: se hace énfasis en la carne por lo que representa para los argentinos, pero pasa con los servicios y los demás bienes también», aseguró.
Por su parte, Luis Sotelo, de la Cooperativa Unidos que regentea el frigorífico Resistencia, marcó que la caída en el consumo se ubica entre el 10 y el 15%». «Más allá de días puntuales como el domingo pasado, las ventas siguen cayendo, hacemos combos y promociones para sostener el consumo pero no hay repunte», aseguró.