¿Argentina en riesgo de perder su superávit comercial? Los efectos de la guerra comercial de EE. UU.

La economía argentina podría enfrentar serios desafíos este año debido a los efectos colaterales de la guerra comercial desatada por el gobierno de Estados Unidos, que ha elevado aranceles a sus dos principales socios comerciales, México y Canadá. Este giro en la política exterior podría poner en jaque el superávit comercial que el país venía proyectando, generando un panorama incierto para el flujo de dólares genuinos, aquellos provenientes del comercio internacional.

Miguel Ponce, experto y consultor en comercio exterior, advierte que la situación podría empeorar rápidamente. «Vamos a tener un superávit cercano a los u$s 19,000 millones en 2024, pero con lo que está pasando, creo que ya lo perdemos», afirmó en declaraciones a Ámbito. Ponce alertó que es posible que el país pase de un superávit a un déficit comercial, lo cual podría agravar aún más la situación económica.

La causa de este escenario tiene que ver con los primeros efectos de la guerra comercial iniciada por la administración de Donald Trump. El aumento de los aranceles al 25% para México y Canadá está generando un aumento inmediato de la inflación en Estados Unidos, lo cual, a su vez, está llevando a un incremento de las tasas de interés. Este contexto no solo afecta el precio de los commodities, sino que también podría reducir las compras de países clave como China y Brasil, principales compradores de exportaciones argentinas.

Ponce también expresó su preocupación por la posible pérdida de los dólares comerciales debido a la caída de precios de los productos exportables de Argentina. En sus palabras: «Ya empezó el vuelo a la calidad, es decir, a los bonos del Tesoro, que aumentaron casi un 10% en el premarket». La revalorización del dólar y el impacto en los mercados internacionales podrían estar poniendo en marcha una crisis económica global similar a la de 1930.

El panorama se complica aún más en Argentina, donde el gobierno decidió reducir la tasa de depreciación de la moneda (crawling peg) al 1% mensual, cuando algunos consideran que debería mantenerse más alta para preservar la competitividad. Ponce considera que en tiempos de incertidumbre global, lo mejor sería no sumar más presión interna a un contexto económico ya de por sí delicado: «Si ya tenemos un retraso del 20% y algunos dicen que ya es más, entonces no lo aumentemos. Por lo menos, mantengamos la competitividad», concluyó.

Este es un momento clave para la economía argentina, que podría verse atrapada entre los efectos de una guerra comercial global y las decisiones internas que afectan la competitividad del país en los mercados internacionales. Sin duda, el panorama será complejo, y la capacidad de adaptarse a estos cambios determinará el futuro económico del país.