Salir a comer afuera en Argentina: ¿Un lujo inalcanzable en 2025?

Argentina. 23 de marzo de 2025
¿Te pasó que mirás la carta de un restaurante y sentís que tu billetera tiembla? No es solo una sensación: salir a comer afuera en Argentina nunca fue tan caro. Los números no mienten. En el último año, los precios en restaurantes se dispararon más que la inflación general, los alimentos del supermercado y hasta el dólar. Según datos del INDEC procesados por el economista Néstor Magariños, director de Okun Data, estamos frente al encarecimiento más grande de la última década. ¿Las razones? Un cóctel explosivo de costos fijos, menos turistas y un peso que, contra todo pronóstico, se fortaleció frente al dólar. Pero, ¿qué significa esto para tu próxima salida? Acá te lo contamos todo, y queremos saber tu opinión: ¿seguís yendo a restaurantes o ya te rendiste al delivery?
Los números que duelen: 20% más caro que cocinar en casa
Magariños lo explica clarito: «El precio relativo de los restaurantes contra los alimentos creció un 20% entre enero de 2024 y enero de 2025». Para que te des una idea, mientras los alimentos en el supermercado subieron un 95% en 2024, los restaurantes treparon un 126%. ¿Resultado? Comer afuera se volvió un 20% más caro en términos relativos que hace un año, el pico más alto desde 2017. Y si lo medimos en dólares, la cosa se pone peor: los precios en los restaurantes se duplicaron al tipo de cambio CCL ($1200), con un aumento interanual del 102%.
Incluso Bloomberg, la agencia internacional, puso el ojo en el fenómeno. En una nota titulada «El peso fuerte de Milei lleva a los argentinos a comer en casa», destacó cómo la apreciación del peso –la moneda que más se fortaleció en el mundo– está cambiando nuestros hábitos. Jorge Dutra, dueño del restaurante El Imparcial, lo vive en carne propia: «Hay menos turistas. La gente entra, ve que un plato cuesta $20.000 y se va. Ponemos carteles diciendo que son abundantes y se pueden compartir, pero igual se espantan».
¿Por qué está pasando esto?
Hay varias teorías dando vueltas. Para Magariños, una clave está en los costos fijos. «Antes vendías 20 platos, hoy vendés 5. Eso hace que alquileres, luz y gas pesen más en la cuenta», dice. Imaginate: si un restaurante paga $500.000 de alquiler y antes lo cubría con 100 clientes al mes, ahora lo tiene que repartir entre 25. El impacto es brutal.
Otra hipótesis es más polémica: ¿y si la gente sigue saliendo a comer igual, sin importar el precio? «Hay un cambio en las preferencias pospandemia. La gente valora la experiencia», apunta el economista. Pero no todos están de acuerdo. Gonzalo Carrera, de la consultora Equilibra, suma otro ingrediente: «Con la apreciación cambiaria, los servicios como restaurantes se encarecen más que los bienes. Además, les sacaron los subsidios a los comercios, y eso pega duro».
Desde el sector gastronómico, Daniel Prieto, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC), coincide: «En 2024 hubo una actualización de costos. Las tarifas y la mercadería definen el precio». Y aunque un bodegón no es lo mismo que un restaurante top, la realidad es que todos están sintiendo la presión.
El regreso de los bodegones: ¿la salvación?
En medio de la tormenta, algo está cambiando. Prieto lo tiene claro: «En crisis, la gente busca platos abundantes y baratos. Este va a ser el año de los bodegones y las pizzerías». Pastas, milanesas con puré y pizzas a precios razonables están ganando terreno. Pero no todo es color de rosa. El verano fue duro: «Enero y febrero fueron de recesión total. Menos turismo, menos consumo», cuenta Prieto. Marzo trajo algo de alivio, pero con aumentos impulsados por el precio de la carne.
Y hay un dato curioso: la oferta gastronómica explotó. Barrios como Núñez, Colegiales y Chacarita están llenos de nuevos locales. «Casi todos tienen buena calidad, pero no sé si hay demanda para todos», advierte Prieto. ¿Te suena? En 2023, el New York Times ya había puesto a Argentina en el mapa con su boom de restaurantes, cuando el dólar blue estaba en $1000 y salir era una forma de sacarse los pesos de encima. Hoy, con el peso fuerte, la historia es otra.
¿Qué viene ahora?
Mirando al futuro, los expertos no son muy optimistas. Si la apreciación del peso sigue, los servicios como restaurantes podrían mantenerse caros en dólares. «Los próximos meses van a depender de cómo evolucionen los costos y el consumo», dice Carrera. Para Magariños, la clave está en si los argentinos seguimos bancando los precios o nos volcamos definitivamente a cocinar en casa.
¡Tu turno! Contanos tu experiencia
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