“¡Llovió en Chaco, pero la sequía ya cobró su precio!: ¿Alivio o esperanza rota?”

Después de meses de una sequía devastadora que dejó al borde del colapso a productores del Chaco, este fin de semana las nubes finalmente se abrieron. Las lluvias trajeron un respiro a una provincia castigada, pero el daño ya está hecho: cultivos perdidos, pasturas agotadas y un futuro incierto. ¿Es esto un nuevo comienzo o solo un parche en una herida demasiado profunda? Te contamos todo y queremos saber qué pensás vos.
Lluvia desigual: números que cuentan la historia
Las precipitaciones no fueron pareja. En Colonia El Ñandubay-Du Graty cayeron 110 mm, mientras que Roque Sáenz Peña, en el sur, recibió un generoso chaparrón de 190 mm. Quitilipi sumó 96 mm, Presidencia de la Plaza 60 mm, y Las Breñas y Villa Ángela, 90 mm cada una. En el norte, sin embargo, el agua sigue siendo un sueño lejano. En total, marzo dejó entre 60 y 120 mm en varios puntos, pero para muchos, no es suficiente.
Dante Nichiporuk, productor de Colonia José Mármol, lo resume claro: “Llovió lindo, sí, pero el daño ya está hecho”. Los 140 mm que cayeron desde el viernes en su zona salvaron algunos manchones de sorgo, pero ahora toca decidir si vale la pena cosechar. “Es agua para los animales y esperanza para el invierno, pero las cuentas no se olvidan”, dice con un dejo de resignación.
Ganaderos y agricultores: entre el alivio y la lucha
Para los ganaderos, el agua es vida. Marina Biscay, de Presidencia de la Plaza, cuenta que los 90 mm caídos en su campo trajeron “algo de alivio” a una tierra reseca, pero los esteros de los Bajos Submeridionales siguen vacíos tras años de lluvias escasas. “El invierno será duro sin pasturas”, advierte. En el sudeste, Juan Capozzolo suma 28 mm y un suspiro: “Es como empezar de nuevo, pero el pasto no va a alcanzar”.
Los agricultores del NEA coinciden: 2025 es un año para borrar del calendario. Pérdidas en maíz, soja y algodón dejaron a muchos con las manos vacías. En Quimilí, Santiago del Estero, los 60 mm recientes llegaron tarde. “Algunos granos podrían engordar, pero muchos lotes ya se perdieron”, lamenta Martín Miretti.
La naturaleza da, la naturaleza quita
“La sequía es sinónimo de muerte”, sentencia Capozzolo, y no exagera. La combinación de calor extremo y falta de agua dejó un paisaje desolador. Sin embargo, las lluvias trajeron algo más que humedad: esperanza. Eduardo Trangoni, de los Bajos Submeridionales, celebra el desborde del Río Bermejo y sueña con un invierno húmedo. “Es la única forma de sobrevivir”, asegura.
¿Qué dicen las redes?
La noticia explotó en X, donde productores y vecinos compartieron su mezcla de alivio y frustración:
- @ChacoVivo: “Llovió 190 mm en Sáenz Peña, pero mi soja ya es historia. ¿Y ahora quién paga?”
- @GanaderaNEA: “Agua para las vacas, sí, pero las pasturas no vuelven mágicamente. Esto es un paliativo, no una solución”.
- @SorgoLucha: “140 mm en José Mármol. Gracias, cielo, pero llegaste tarde para mi cosecha”.
¿Y vos qué opinás?
¿Crees que estas lluvias marcan un antes y un después para el Chaco? ¿O es solo un espejismo en medio de la crisis? Dejá tu comentario abajo y contanos: ¿cómo te está pegando la sequía? Si estás en el NEA, subí una foto de tu campo a X con el hashtag #LlovióEnChaco y etiquetanos. ¡Queremos ver cómo cambió tu paisaje!