¿Asado Brasileño en las Góndolas Argentinas? El Debate que Enciende las Parrillas

Resistencia, Chaco – 30 de marzo de 2025
El asado, ese ritual sagrado que une a los argentinos alrededor del fuego, está en el ojo de la tormenta. La noticia de que grandes cadenas de supermercados de la Patagonia comenzarán a vender asado importado de Brasil a $9.000 el kilo —frente a los $22.000 que cuesta en el sur del país— ha desatado una ola de opiniones encontradas. ¿Salvación para el bolsillo o traición a la tradición? En un país donde la carne vacuna es emblema nacional, la llegada de este competidor extranjero genera más ruido que un tambor en una hinchada.

Un Golpe al Precio, Pero ¿a Qué Costo?

La medida, que en principio se aplicará en la Patagonia, llega en un momento crítico: el consumo de carne vacuna en Argentina toca su piso histórico, y los precios locales se disparan mientras los sueldos no alcanzan a seguirles el paso. En Resistencia, por ejemplo, el kilo de asado ronda los $10.000 en carnicerías, menos de la mitad de lo que pagan en el sur, pero aún inalcanzable para muchos. El asado brasileño, con su precio tentador, promete alivio en las góndolas, y algunos expertos creen que podría presionar a la baja los valores locales. Sin embargo, las fuentes del sector consultadas por NORTE relativizan su impacto: “Es insólito y polémico, pero no va a revolucionar el mercado”, aseguran.

El principal escollo no es solo el precio, sino la calidad. Argentina se jacta de producir una de las mejores carnes del mundo, criada a pasto y con un sabor que los brasileños, con su ganado más industrializado, difícilmente igualen. “La gente busca calidad, no solo precio”, sentencia Julio Augusto, dueño de la carnicería La Esperanza en Resistencia. “La carne chaqueña tiene un prestigio que el asado brasileño tendrá que pelear duro para superar”.

Voces Locales: Entre la Confianza y la Cautela

Augusto, con años de experiencia tras el mostrador, ve esta importación como un capítulo más en la resiliencia del sector. “Siempre hemos competido, y lo seguiremos haciendo. La gente sabe que nuestra carne rinde más, y eso pesa a la hora de elegir”, afirma con orgullo. Para él, el desafío no es nuevo: la industria argentina ha sorteado crisis, inflación y cambios de hábito sin perder su esencia.

Luis Sotelo, de la Cooperativa Unidos, que gestiona carnicerías en Resistencia y Puerto Tirol, coincide en que la calidad será clave. “Los chaqueños estamos malcriados con carne buena. Si el asado brasileño no está a la altura, no va a prender. Pero sí podría empujar una baja de precios, y eso no es menor en estos tiempos”, reflexiona. En un contexto donde el bolsillo aprieta, la tentación de un corte más barato podría seducir a más de uno, aunque sea solo para probar.

Las Redes Se Prenden Fuego

En X, el tema es un hervidero. “¿Asado brasileño en Argentina? Esto es como ponerle ketchup a las empanadas”, dispara un usuario, mientras otro retruca: “Si baja el precio, bienvenido sea. El asado no es solo tradición, también es comer”. El hashtag #AsadoBrasileño acumula memes de gauchos llorando y parrilladas con bandera verdeamarela, pero también hay quienes celebran: “$9.000 el kilo en Patagonia es una bendición. Que lo traigan al Chaco ya”, pide @ChacoAsador. La polarización es total: para algunos, es una afrenta cultural; para otros, una tabla de salvación.

¿Competencia o Complemento?

El asado brasileño no llega a desplazar al argentino, sino a ocupar un nicho en un mercado golpeado por la inflación y el atraso cambiario, que hace que la carne local sea la más cara del Mercosur. “Es una medida de supervivencia, no una amenaza”, opinan desde el sector. Las cadenas de supermercados apuestan a captar a los consumidores que ya no pueden darse el lujo de un asado criollo cada fin de semana, pero los carniceros confían en que la lealtad a lo local —y a su sabor inconfundible— mantendrá a flote la tradición.

Mientras tanto, el debate sigue al rojo vivo, como las brasas de una buena parrilla. ¿Te animarías a probar el asado brasileño o te quedás con el nuestro de toda la vida? Sumate a la conversación con #AsadoBrasileño y contanos qué pensás. ¡Que no se apague el fuego!