El penitenciario que baleó a su excuñado en una cancha enfrentará juicio: un triángulo amoroso con final trágico

La justicia cerró el caso y Adrián Cabral será juzgado por lesiones gravísimas agravadas por uso de arma de fuego
Un episodio cargado de violencia y drama pasional llegará a los tribunales tras el requerimiento de elevación a juicio presentado el 3 de abril de 2025 por el fiscal de investigaciones Francisco De Obaldía Eyseric. Adrián Cabral, cabo primero del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) de 34 años, se sentará en el banquillo acusado de haber baleado a José Carlos Alegre, su excuñado, en un ataque que terminó con la amputación de una pierna y que expuso un tormentoso triángulo amoroso. El hecho, ocurrido el 29 de diciembre de 2024 en una cancha de fútbol del barrio 120 Viviendas, en Fontana, ya es uno de los casos más comentados en redes sociales y promete un juicio que mantendrá en vilo a la opinión pública.
El ataque tuvo lugar en el pasaje Salta 4995, durante un torneo de fútbol amateur. Cabral, uniformado y armado con una pistola calibre 9 milímetros, irrumpió en el predio donde Alegre jugaba como arquero. Sin mediar palabra, desenfundó su arma y disparó dos veces. Uno de los proyectiles impactó en la pierna izquierda de la víctima, quien cayó al suelo entre gritos de dolor. Según testigos, el penitenciario lo increpó con furia: «Era vos, por tu culpa perdí mi familia», antes de rematar con un frío «Ahora podés llamar la ambulancia» mientras se retiraba. Algunos presentes afirmaron que Cabral intentó disparar nuevamente, pero fue disuadido por quienes estaban en la cancha.
El trasfondo del ataque apunta a una venganza personal. Cabral y Alegre habían sido cuñados: la víctima mantuvo una relación con una hermana del penitenciario. Sin embargo, el detonante habría sido el descubrimiento de una relación amorosa entre Alegre y la esposa de Cabral, lo que desató la furia que terminó en tragedia. La herida en la pierna izquierda fue tan grave que los médicos del Hospital Perrando, adonde fue trasladado de urgencia, no pudieron salvarla y debieron amputarla días después.
Un caso que trasciende lo penal
El fiscal De Obaldía Eyseric cerró la investigación imputando a Cabral por lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego, un delito que podría derivar en una pena significativa. Aunque el penitenciario fue detenido tras el hecho en el Complejo Penitenciario 1 de Villa Barberán, donde trabajaba, recuperó la libertad tras comprometerse a pagar una caución real de un millón de pesos, monto que aún no abonó. Este detalle generó controversia: el abogado de Alegre, Ítalo Suligoy, anunció que se opondrá a esa medida y que, además, iniciará una demanda civil por los daños irreparables sufridos por su cliente.
«Lo que hizo Cabral no solo le quitó una pierna a José Carlos, sino que le cambió la vida para siempre. Vamos a buscar justicia en todos los ámbitos», afirmó Suligoy, quien destacó el impacto físico y emocional que el ataque dejó en Alegre. Los testigos, claves en la investigación, relataron la crudeza del momento y coincidieron en la premeditación del penitenciario, quien llegó al lugar con un objetivo claro.
Redes en ebullición
La historia ya se viralizó en plataformas como Twitter y Facebook, donde los hashtags #JusticiaParaAlegre y #TriánguloAmoroso circulan con fuerza. «Esto es una locura, ¿cómo un penitenciario usa su arma para vengarse así?», escribió @JusticiaChaco, mientras que @VozFontana agregó: «Ese hombre no merece estar libre, arruinó una vida». Los memes también aparecieron: una imagen de un arquero sin pierna con la leyenda «Cuando tu excuñado te la hace completa» suma miles de interacciones.
Un juicio que promete debate
Con la elevación a juicio confirmada, el caso de Adrián Cabral no solo pondrá a prueba el sistema judicial, sino que reavivará discusiones sobre el uso de armas por parte de fuerzas de seguridad, los límites de la venganza personal y las consecuencias de los conflictos pasionales. Mientras Alegre enfrenta una nueva realidad tras perder su pierna, Cabral deberá responder ante la justicia por un acto que, en segundos, cambió el rumbo de varias vidas. ¿Qué pasará en el banquillo? La sociedad espera respuestas.