El algodón chaqueño busca un nuevo impulso con la variedad Arandú

En el sudoeste chaqueño, el algodón se perfila para una nueva oportunidad en la campaña 2025/26 con la introducción de Arandú, la primera variedad de semilla de algodón tolerante a herbicidas a nivel mundial, desarrollada por el INTA Sáenz Peña en colaboración con el semillero Gensus y una empresa estadounidense. A pesar de los desafíos climáticos y económicos de la última campaña, que dejó rindes dispares y preocupaciones sobre la disponibilidad de semillas, el sector algodonero apuesta por la innovación y la planificación para mejorar su productividad. Este informe detalla los avances tecnológicos, las perspectivas para la próxima campaña y el camino hacia una cadena algodonera más competitiva.
Arandú: Una innovación sin precedentes
La variedad Arandú marca un hito global al ser la primera semilla de algodón con tolerancia a herbicidas, específicamente diseñada para resistir imidazolinonas (IMI). Los ensayos realizados en el invernadero de Gensus en Avía Terai muestran un desarrollo prometedor, mientras un lote en Georgia, Estados Unidos, está próximo a cosecharse para producir un volumen significativo de semilla. Este logro, resultado de la colaboración entre el INTA, Gensus y socios internacionales, posiciona al Chaco como un referente en innovación agrícola.
Disponibilidad y calidad garantizadas
Alejandro Fried, directivo de Gensus, el único semillero de algodón en Argentina, aseguró que para la campaña 2025/26 habrá disponibilidad y calidad de semillas comparables a las del año anterior. “Estamos cosechando en San Luis, Santiago del Estero y Córdoba, y no vemos inconvenientes en ese aspecto”, afirmó. Sin embargo, instó a los productores a planificar con anticipación, ya que algunos enfrentan dificultades para obtener semillas de calidad, lo que refuerza la importancia de trabajar con proveedores confiables.
La campaña anterior, marcada por condiciones climáticas adversas y rindes heterogéneos, generó inseguridades. A pesar de esto, el algodón sigue siendo un cultivo clave en el norte argentino, con productores que lo valoran como una opción resiliente. “El algodón siempre nos salva el puchero”, es una frase recurrente que refleja su importancia, según Fried en Agroperfiles Radio.
Desafíos y oportunidades en la productividad
Con un rinde promedio de 650 kilos de fibra por hectárea, Argentina está muy por debajo del promedio mundial. Fried destacó que alcanzar los 1.000 kilos por hectárea es posible con mejor manejo, genética avanzada y planificación. “Los márgenes se achican y los costos suben. Si mañana se eliminan las retenciones a la soja, el algodón necesitará un salto en productividad para seguir siendo competitivo”, advirtió.
La introducción de Arandú es un paso hacia ese objetivo, pero el éxito dependerá de una cadena algodonera articulada. Gensus promueve el diálogo entre productores, instituciones como la Cámara Algodonera Argentina y la Asociación Argentina de Productores Algodoneros (AAPA), y apuesta por buenas prácticas y tecnología de calidad. “Las campañas difíciles enseñan. Muchos probaron variedades no adaptadas y vieron que no funcionan. Desde Gensus, estamos enfocados en ofrecer nuevas tecnologías en los próximos años”, afirmó Fried.
Un futuro prometedor
El desarrollo de Arandú y la garantía de semillas de calidad abren una ventana de oportunidad para el algodón chaqueño. Sin embargo, el sector enfrenta retos como la competencia con otros cultivos y la necesidad de políticas públicas que apoyen la innovación. ¿Podrá el algodón consolidarse como un cultivo competitivo en el Chaco? ¿Qué medidas podrían fortalecer la cadena algodonera? Comparte tus reflexiones en los comentarios y participa en el debate sobre el futuro de este cultivo emblemático.
Fuentes: Diario NORTE, Agroperfiles Radio, INTA Sáenz Peña