Pequeños Productores Chaqueños Eliminan Intermediarios para Vender Directamente al Consumidor

25 de agosto de 2025
En la localidad de Juan José Castelli, Chaco, pequeños productores frutihortícolas como Paquito Ruiz están transformando su modelo de negocio para enfrentar los desafíos económicos y logísticos de la actividad. Frente a la caída en la demanda de cultivos tradicionales como la sandía y el melón, y la desaparición de los pequeños compradores locales, muchos productores han optado por diversificar su producción y eliminar intermediarios, vendiendo directamente al consumidor para garantizar la sostenibilidad de sus emprendimientos y ofrecer precios más accesibles a la comunidad.
La Frutihorticultura en Castelli: Calidad y Tradición
La frutihorticultura sigue siendo una actividad vital para los pequeños productores chaqueños, quienes enfrentan con perseverancia las dificultades del sector. Paquito Ruiz, un referente de Juan José Castelli, destacó la evolución en la calidad de los cultivos: “El trabajo hoy está muy enfocado en la calidad. Se seleccionan mejor las semillas, logrando frutas más dulces y con mejor sabor. Eso también le da otro valor a la producción.” En su campo, produce una amplia variedad de sandías, desde la tradicional híbrida hasta la sandía amarilla de 2 a 3 kilos, ideal para postres, y el melón rocío de miel, que conserva su dulzura característica de hace más de 20 años.
Ruiz subrayó la importancia de las semillas de alta calidad provenientes de empresas internacionales, como las de melón chilenas de Bayer (ahora Neuman): “La genética es excelente: buena producción, buena mercadería, buena calidad de fruta.” Esta inversión en genética ha permitido mantener la competitividad en un mercado cada vez más exigente.
Desafíos Económicos y Logísticos
A pesar de la calidad de la producción, los productores enfrentan obstáculos significativos. Años atrás, Castelli era un centro vibrante desde donde partían entre 20 y 30 camiones diarios hacia mercados de Mar del Plata, Tucumán, Buenos Aires y Córdoba. Sin embargo, la actividad se ha reducido drásticamente. “Ahora la siembra se achicó y muchos productores abandonaron la actividad o se dedicaron a otra cosa,” explicó Ruiz. El principal obstáculo es el alto costo de los fletes, que encarece los productos y limita su competitividad en mercados lejanos. “Enviar un camión a Mar del Plata hoy es tan caro que encarece el precio de la mercadería, y la gente ya no puede comprar como antes,” lamentó.
Otro cambio notable es la desaparición de los “buscavidas”, pequeños compradores que llegaban desde localidades como Sáenz Peña, Tres Isletas, Villa Ángela o Presidencia de la Plaza para adquirir frutas y revenderlas. Las regulaciones más estrictas sobre vehículos y documentación han limitado esta práctica: “Esa gente ya no viene más. Hoy para circular necesitás vehículos en regla, papeles al día, y muchos no pueden,” señaló Ruiz.
Diversificación y Venta Directa: La Respuesta
Para adaptarse a estas dificultades, Ruiz y su familia han diversificado su producción, incorporando hortalizas como mandioca, batata, perejil, acelga, tomate, pimiento, lechuga, remolacha y repollo. Esta estrategia responde a la demanda local en Castelli, donde “ese mercado tiene salida,” según el productor. Sin embargo, la decisión más transformadora ha sido eliminar intermediarios y vender directamente al consumidor a través de una verdulería propia en el pueblo. “Todo lo que produzco en el campo, sandía, zapallo, hortalizas, va directo a mi negocio. Eso nos ayuda porque los precios son más accesibles y la gente lo valora,” explicó.
Esta venta directa permite ofrecer precios más competitivos—por ejemplo, un paquete que en otros comercios cuesta $2.000 se vende a $1.500, o incluso dos paquetes por ese precio—lo que incentiva el consumo en un contexto económico desafiante. “Lo importante es vender y que no se pudra la producción. Por eso preferimos ganar un poco menos, pero mover la mercadería,” afirmó Ruiz, destacando la prioridad de evitar pérdidas.
Un Modelo Sostenible para el Futuro
El caso de Paquito Ruiz refleja una tendencia creciente entre los pequeños productores chaqueños, quienes buscan alternativas para mantenerse en un sector afectado por costos logísticos, regulaciones y una menor demanda en mercados externos. La diversificación hacia hortalizas y la eliminación de intermediarios no solo garantizan la sostenibilidad económica, sino que también fortalecen los lazos con la comunidad local. Castelli sigue siendo un polo productivo clave para Sáenz Peña, Resistencia y otras zonas, como lo demuestra el consumo sostenido: “La gente sigue consumiendo, si hay sandía la va a comer. El problema es la economía, no el consumo,” concluyó Ruiz.
Este modelo de venta directa, que prioriza precios accesibles y productos frescos, se alinea con experiencias similares en otras regiones, donde los productores buscan canales cortos de comercialización para mejorar sus márgenes y fidelizar a los consumidores. La resiliencia de productores como Ruiz, combinada con la calidad genética de sus cultivos, posiciona a Juan José Castelli como un ejemplo de innovación en la frutihorticultura chaqueña.