Capitanich se sumó a la marcha de la CGT y desgranó el «costo fiscal y social» de la reforma laboral
El senador chaqueño criticó la reducción de Ganancias, el Fondo de Asistencia Laboral y el recorte a obras sociales. «No guarda relación con generar empleo», afirmó. Advirtió sobre el impacto en las provincias y los sistemas de salud.
Con una crítica técnica y política detallada, el senador nacional por el Chaco, Jorge Capitanich, se sumó este jueves a la masiva movilización de la CGT y desgranó los números que, a su juicio, demuestran que la reforma laboral del Gobierno «no guarda relación alguna» con el objetivo de generar empleo, sino que implica un «fuerte impacto fiscal y social» sin beneficios comprobables. El exgobernador centró sus cuestionamientos en el costo para el Estado, el desfinanciamiento de las obras sociales y el impacto negativo en las provincias.
«Esta medida beneficia apenas al 0,1% de las empresas y representa un costo fiscal cercano a los 2.179 millones de dólares. Ahora bien, ¿esto promueve la creación de empleo? No», aseguró Capitanich, refiriéndose a la reducción del impuesto a las Ganancias para sociedades comerciales incluida en el proyecto.
Las «partidas ocultas» del costo fiscal
El senador enumeró lo que llamó los «costos ocultos» de la reforma:
- Fondo de Asistencia Laboral (FAL): Demandaría unos 4.300 millones de dólares. «No existe ninguna correlación directa entre este fondo y un esquema de financiamiento sostenible», afirmó.
- Recorte a obras sociales: La baja del aporte patronal del 6% al 5% implica, según sus cálculos, una pérdida de 1.500 millones de dólares. «Esto desfinanciará a las obras sociales sindicales y tendrá un efecto directo en las provincias: mayor demanda sobre los sistemas públicos de salud, necesidad de adquirir más insumos y medicamentos, y un inevitable racionamiento de las prestaciones«, alertó.
- Recorte a medios y cine: Criticó la eliminación de 113 millones de dólares para RTA y la industria audiovisual, una «definición puramente política» que, según él, nada tiene que ver con el empleo.
Refutación al argumento oficial
Capitanich atacó directamente la lógica del Gobierno, que sostiene que la mayor formalización laboral compensará la pérdida de recaudación por los recortes. «Ese razonamiento es falaz, carece de sustento empírico e ignora la realidad del mercado laboral. Sin empresas, sin producción y sin incentivos al consumo no se crearán nuevos puestos de trabajo«, sentenció.
Al finalizar, reafirmó su acompañamiento a los reclamos sindicales y abogó por debatir políticas laborales que promuevan el empleo formal, pero «siempre con el eje puesto en la defensa de los derechos de los trabajadores, el empleo digno y la protección del sistema previsional y de salud«.
Con su intervención, Capitanich elevó el tono técnico de la oposición a la reforma, intentando contraargumentar con números la premisa oficial de que una reducción de costos laborales y cargas se traducirá automáticamente en más puestos de trabajo formales.
¿Usted qué opina?
Los cuestionamientos de Capitanich sobre el costo fiscal y el impacto en la salud pública, ¿ponen en evidencia fallas de fondo en el diseño de la reforma laboral, o son argumentos políticos para oponerse a un cambio estructural que, a la larga, dinamizará la economía? El debate entre costo inmediato y beneficio futuro sigue abierto. Participe en los comentarios.
