Paradoja del campo argentino: cosecha récord de trigo, pero divisas escasas por precios en mínimos históricos

Con una producción estimada de 26,8 millones de toneladas, la mayor desde 1969, el ingreso por exportaciones apenas superaría los US$3.500 millones. El valor por tonelada es un 30% inferior al promedio histórico, diluyendo el efecto del volumen.

Buenos Aires, 26 de diciembre de 2025. — Argentina está a punto de batir un récord histórico en la producción de trigo, pero el hito productivo no se traducirá en un ingreso masivo de dólares. Según un análisis del IERAL de la Fundación Mediterránea, la cosecha 2025/26 alcanzaría los 26,8 millones de toneladas, la mayor desde que se llevan registros sistemáticos. Sin embargo, el ingreso de divisas por exportaciones se ubicaría apenas en torno a los US$3.500 millones, un monto modesto frente al volumen físico sin precedentes.

La explicación de esta paradoja reside en el piso de los precios internacionales. El valor medio estimado para las exportaciones argentinas rondaría los US$200 por tonelada, lo que constituye el tercer peor registro en lo que va del siglo y representa una brecha negativa superior al 30% respecto del promedio histórico (US$295/ton). Así, el campo produce más, pero vende más barato.

Los números de un récord agridulce

  • Producción estimada: 26,8 millones de toneladas (+50% vs. campaña anterior).
  • Rendimiento récord: Cerca de 40 quintales por hectárea.
  • Volumen de exportación proyectado: 17,5 millones de toneladas (65% de la producción).
  • Ingreso en divisas proyectado: ~US$3.500 millones (solo +17% interanual, a pesar de un +37% en volumen).
  • Pérdida histórica: Este ingreso sería un 26% inferior en términos reales al máximo de la campaña 2021/22, a pesar de que se exportará un 25% más de toneladas.

Un contexto global que juega en contra
La competitividad argentina –que le permitió en diciembre concretar embarques récord de 2,5 millones de toneladas y volver a vender trigo a China después de tres décadas– se basa en un escenario mundial de oferta abundante y precios deprimidos. El bajo precio facilita la colocación, pero liquida el impacto financiero para el país.

La restricción externa persiste
Este caso expone una vez más la vulnerabilidad estructural de la economía argentina. Las cadenas agroindustriales, que explican cerca del 60% de las exportaciones totales, son la principal fuente genuina de divisas. Sin embargo, cuando los precios internacionales caen, ni siquiera una cosecha histórica logra generar un salto significativo en el ingreso de dólares que el país necesita con urgencia para sostener reservas y cumplir con sus compromisos financieros.

¿Crecimiento sin divisas?
¿Cómo puede la política económica mitigar el impacto de la caída de los precios de las commodities en las cuentas externas? ¿Es suficiente con producir más, o se necesita agregar valor y diversificar la matriz exportadora? La bonanza productiva choca contra la dura realidad de los mercados globales, dejando al descubierto los límites del modelo.

La abundancia en los campos contrasta con la escasez en el banco central. El récord de trigo es una buena noticia que no alcanza para tapar el problema de fondo.