El Presupuesto 2026 sepulta el financiamiento específico de las escuelas técnicas: «Es un país que da la espalda a su futuro»

La derogación del fondo del 0,2% previsto por la Ley de Educación Técnico Profesional, lograda en 2005, pone en riesgo la continuidad de talleres, prácticas y especializaciones en más de 1.700 escuelas públicas del país.

Buenos Aires, 28 de diciembre de 2025. — La sanción del Presupuesto 2026, con la aprobación del artículo 30 que deroga el financiamiento específico para la educación técnica, marca un punto de inflexión dramático para un sistema que alberga a más de 1,4 millones de estudiantes y que durante dos décadas logró recomponerse tras la debacle de los años 90.

La norma sancionada elimina el «fondo de enseñanza técnico profesional» del 0,2% de los gastos corrientes del Presupuesto Nacional, establecido por la Ley 26.058 de 2005. Este fondo, distribuido de manera transparente a través del Consejo Federal, era el oxígeno financiero para adquirir los costosos insumos de los talleres, actualizar equipamiento y sostener las más de 20 especialidades técnicas en todo el país.

Un recorte «inal y letal»
Según un informe del CEPA, el presupuesto proyectado para 2026 implica una caída acumulada del 93% respecto a lo ejecutado en 2023. La situación ya era crítica: en 2025, el Gobierno ejecutó solo el 10,8% de lo que indicaba la ley vigente. Ahora, esa ley queda sin efecto.

La voz de las aulas: «No funciona sin fondos especiales»
Adriana Persain, directora jubilada de la Escuela Técnica N°1 de Trenque Lauquen (Buenos Aires), ejemplifica el drama: «Un kilo de electrodo para soldar salió 15 mil pesos… dura una semana de taller. ¿Cómo les vas a pedir a esas familias que paguen los elementos? La escuela técnica no funciona sin fondos especiales». Persain relata cómo la doble escolaridad, las prácticas profesionalizantes y la formación en hábitos técnicos «se hacen imposibles sin computadoras, herramientas o insumos básicos».

El espiral de retroceso que ya se vive
Ernesto Cepeda, secretario adjunto de la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (Amet), alerta sobre un «espiral de retroceso»: «Nos estamos quedando sin insumos. Los chicos no pueden hacer sus trabajos prácticos, pierden el interés, abandonan, baja la matrícula y bajan los cargos. Ya vimos esta película en los 90».

Un proyecto estratégico abandonado
Diego Golombek, exdirector del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), califica la medida de «completamente absurda»: «Es una ley ejemplar que da oportunidad a millones de pibes. Hablamos de orientaciones en inteligencia artificial, energías renovables, sistemas sustentables… Revertir esto puede llevar décadas. Es un país que no está convencido de que su futuro se basa en la educación técnica».

Más que un ajuste presupuestario, un cambio de proyecto
La derogación no es un simple recorte. Es la eliminación deliberada de un pilar estratégico que vinculaba la educación con el desarrollo productivo regional. Las escuelas técnicas, presentes en grandes ciudades y pueblos pequeños, son herramientas de movilidad social y de formación de mano de obra calificada indispensable para cualquier modelo de industrialización o agregado de valor.

¿Qué futuro se construye sin técnicos?
¿Cree que un país puede desarrollarse prescindiendo de la formación técnico-profesional de calidad y a gran escala? ¿Qué impacto tendrá este vaciamiento en las economías regionales y en la empleabilidad de los jóvenes? La decisión legislativa cierra un ciclo de apuesta por la educación técnica y abre uno de incertidumbre para miles de talleres, alumnos y docentes.

El hachazo presupuestario ya es ley. Las consecuencias se medirán en talleres vacíos, prácticas truncas y una generación de técnicos que el Estado decidió dejar de formar.