Los Santos Inocentes: la conmemoración que entrelaza la alegría navideña con el primer martirio cristiano

Este 28 de diciembre, la Iglesia católica recuerda a los niños de Belén que, según el Evangelio, fueron asesinados por orden de Herodes. Se los venera como las primeras víctimas y mártires de la fe cristiana.

28 de diciembre de 2025. — En el corazón de la Octava de Navidad, el calendario litúrgico introduce una conmemoración que contrasta con la alegría del nacimiento: la fiesta de los Santos Inocentes. Este 28 de diciembre, la Iglesia católica recuerda a los niños de Belén que, según el relato del Evangelio de Mateo, fueron masacrados por orden del rey Herodes en su intento por eliminar al recién nacido «rey de los judíos»: Jesús.

Un martirio involuntario y simbólico
La tradición cristiana no los considera mártires por una decisión consciente de fe, sino por haber sido «víctimas en lugar de Cristo», las primeras en sufrir la violencia desatada contra el mensaje evangélico. Por ello, se los venera como los primeros mártires del cristianismo.

De los textos sagrados a la tradición litúrgica
Aunque los textos bírgicos no especifican nombres ni números, la tradición eclesiástica los incorporó al santoral desde los primeros siglos, especialmente en Occidente. Su fiesta subraya el drama humano que rodea el misterio de la Navidad, recordando que el sufrimiento y la persecución estuvieron presentes desde el comienzo.

Un símbolo perdurable de las víctimas indefensas
Más allá de su contexto histórico, los Santos Inocentes se han convertido en un poderoso símbolo universal:

  • Representan a todas las víctimas inocentes de la violencia y la intolerancia.
  • Son un ícono de la vulnerabilidad de los niños frente a los abusos del poder.
  • Interpelan a la conciencia social y cristiana sobre la responsabilidad de proteger a los más indefensos.

En la iconografía religiosa, se los suele representar como niños con palmas (símbolo del martirio victorioso) o siendo llevados al cielo por ángeles.

Una conmemoración con oración y reflexión
Las oraciones litúrgicas de este día piden especialmente por:

  • La protección de los niños en todo el mundo.
  • El consuelo para quienes sufren injusticias.
  • El compromiso activo contra toda forma de violencia que acecha a los inocentes.

En la octava de Navidad
Esta conmemoración se sitúa entre las fiestas de San Esteban (primer mártir adulto) y San Juan Evangelista, creando un tríptico que presenta las distintas respuestas al mensaje de Cristo: el martirio, el testimonio fiel y la entrega pastoral.

Un recordatorio en el presente
Hoy, la memoria de los Santos Inocentes trasciende lo religioso para invitar a una reflexión sobre cómo las sociedades protegen —o fallan en proteger— a sus niños de las violencias modernas: la pobreza, el abuso, la guerra y la indiferencia.

¿Qué nos interpela hoy esta conmemoración?
¿En qué aspectos de la sociedad actual ve reflejada la vulnerabilidad de los «inocentes»? ¿Cómo se puede construir una cultura que proteja verdaderamente a la infancia? La fecha, más allá de su origen, mantiene una vigencia dolorosa y urgente.

En un mundo donde la inocencia sigue siendo vulnerada, el recuerdo de los niños de Belén se convierte en un llamado permanente a la compasión y a la justicia.