Miles de personas llegaron a Mercedes para rendir homenaje al Gauchito Gil

La localidad correntina de Mercedes es el punto de encuentro para conmemorar el 145° aniversario de la muerte del Gauchito Gil. 

Como cada 8 de enero, la localidad correntina de Mercedes, ubicada a 250 kilómetros al sur de la capital provincial, recibirá a miles de fieles que se movilizarán para conmemorar un nuevo aniversario de la muerte del Gauchito Gil para agradecer algún favor recibido, algún milagro o expresar algún deseo. Se estima que la peregrinación será multitudinaria.

El intendente de Mercedes, Digo «Tape» Caram, aseguró que «Mercedes está bendecida, la gente no para de llegar y eso es muy importante para la economía. Muchos llegaron para Navidad y Año Nuevo y ya se quedaron para participar de las actividades en honor al Gauchito». 

El color rojo, que identifica al santo popular teñirá con más énfasis las calles de la localidad que lo acoge, con santuarios, banderas, velas, cruces y tatuajes. La revolución será total: no cesa el arribo de ómnibus con familias y peregrinos en distintos tipos de vehículos, «son parte de la postal que se repite desde el 24 de diciembre», según Caram.

El intendente indicó que están todas las condiciones dadas en los predios del «Gaucho» para que los fieles puedan tener agua, luz y baños, al igual que en «La Cruz» que pertenece a la Iglesia, donde además se puede acampar al igual que en el camping municipal.

El padre Ramón Espinoza, de la parroquia Las Mercedes, señaló que está todo dispuesto en el predio «La Cruz Gil» para instalarse y acampar y agregó que hay «un espacio en el que la gente viene a orar».

Actividades católicas y culturales

El obispo Adolfo Canecín oficiará la misa central el domingo 8 a las 6 y luego los jinetes trasladarán la cruz hasta el cementerio, donde se realizará un responso a las 10, detalló Espinoza y adelantó que el monseñor «redactó una carta pastoral para compartir con los peregrinos y devotos». 

«Como Padre Obispo de la Diócesis de Goya, constato que durante todo el año y, en particular, al acercarse el 8 de enero, desde distintos y distantes lugares, se encaminan hacia la Cruz Gil, llevando en sus corazones intenciones, anhelos, deseos; conocidos, valorados y recibidos por Ñandeyara-Nuestro Dios», señala la misiva.

¿Quién fue el Gauchito Gil?

El Gauchito Gil es un santo pagano, cuya veneración está basada en la historia del gaucho Antonio Mamerto Gil Nuñez. Si bien se sabe poco a ciencia cierta de él, el relato popular y la tradición reconstruyeron sus pasos.

Antonio Mamerto Gil Nuñez nació un 12 de agosto – se calcula que podría haber sido en 1847-, en Mercedes, provincia de Corrientes, en una zona que en guaraní llamaban Paiubre. Fue un peón rural que peleó en la Guerra de la Triple Alianza, y que fue reclutado para formar parte de las milicias que enfrentaban a los federales.

Pero, según la layenda, el dios guaraní Ñandeyara se le apareció en sueños y lo convenció de no responder al llamado para no derramar sangre hermana, motivo por el cual desertó del ejército. Este podría ser el motivo que llevó a que lo condenaran a muerte, además de haber conquistado a una mujer en la que estaba interesado un comisario.

Su figura no tardó en comenzar a ser conocida como un héroe de los desprotegidos, un justiciero popular, un rebelde renegado que tenía la capacidad de proteger a los indefensos, ayudar a los ladrones pobres y curar a los enfermos. Por eso conquistó el corazón de miles de peones, que comenzaron a verlo como a una figura de veneración.

Si bien hay muchas variantes en el relato popular, se cree que el Gauchito Gil fue apresado mientras dormía una siesta. Según esta versión, el gaucho estaba desatento en ese momento, pero aún así logró esquivar las balas que querían matarlo, motivo por el cual se le atribuye la capacidad de sortear el fuego enemigo.

Pero, privado de su libertad, fue capturado para ser trasladado a la ciudad de Goya, donde debía ser juzgado. Sin embargo, algo pasó en el camino y, a 8 kilómetros de la ciudad de Mercedes, sus captores lo colgaron boca abajo en un árbol de la zona, donde hoy se ubica su santuario.