Vecinos reclaman por servicios básicos a los que no tienen acceso
«Todos los días nos cortan la luz al mediodía o a la siesta. Todos los días», remarcó Daniela Torres. Esta situación les resulta doblemente perjudicial, ya que sufren del calor en las peores horas del día y porque la mercadería se les echa a perder. «Nosotros vivimos de los pescados que comemos y vendemos. Si la luz se corta por 10 horas, como pasó ayer, los freezers se descongelan y la comida se pudre».

Al panorama general del barrio lo conforman cables sueltos y enredados entre los árboles, a muy baja altura, y pequeños basurales que se distribuyen por todas partes. Por ejemplo, junto a la bomba que sube el agua para todo el barrio hay una montaña de basura. «El vecino de acá descarga sus necesidades casi al lado de la bomba, porque no tiene otra opción. Es un asco», comentó Vilma Mendoza, otra de las vecinas consultadas.

«Lo que no puedo entender es porqué el acueducto que pasa por acá distribuye agua para todos los municipios y localidades menos para nosotros, que estamos al lado. No tenemos agua potable, tomamos del río. Y cuando se corta la luz se apaga la bomba y quedamos sin agua», amplió la mujer.

Otra problemática es la de quienes viven junto al río, sobre las barrancas. «Don Hugo» es un adulto mayor, de aproximadamente 73 años, al que se le derrumbó su casilla a causa de las vibraciones que las maquinas producen. Hugo logró levantar nuevamente cuatro paredes, un poco más atrás y gracias a la ayuda de sus vecinos. Sin embargo no logra hacerse de un baño. «El intendente le prometió un baño químico para que pueda estar más cómodo, pero ni eso cumplió», relató Vilma.

Por otra parte Daniela se refirió al tendido eléctrico en sí: «es muy peligroso que los cables estén enmarañados así. Me preocupa por los chicos. De nuestro bolsillo compramos postes porque las soluciones de afuera nunca llegaron».