En 2022, diecisiete niñas y niños superaron la malnutrición con asistencia de Conin Chaco
Claudia Leguiza y Manuel Rodríguez repasan detalles de la metodología Conin para el tratamiento de niños y niñas con desnutrición, junto a sus madres. La fundación busca ampliar su atención este año.
Durante 2022, la Fundación Conin Chaco, desde su Centro de Barranqueras, otorgó el alta a 17 niños y niñas recuperados que, gracias a la metodología aplicada por esta institución y protocolizada a nivel internacional, lograron dejar atrás una situación de malnutrición. Asistidos por profesionales de múltiples especialidades, fueron nutridos y estimulados, junto además al trabajo que esta entidad hace con las madres, para fortalecerlas a través de distintos talleres que las preparan para enfrentar desafíos de otra manera, emprendiendo y superando adversidades.

Entrevistados por NORTE, el presidente de Conin Chaco, Manuel Rodríguez, y Claudia Leguiza, secretaria de la entidad, repasaron lo hecho el año pasado, entre lo que se destaca la asistencia a más de 390 niños y niñas; y hablaron sobre desafíos de este 2023, año en el cual buscarán ampliar gradualmente la cantidad de niños y niñas asistidos para superar la malnutrición.
«Es un trabajo integral, con el niño y con la madre, a quienes se incorpora a la metodología Conin. En la primera infancia, recuperar al niño de la malnutrición, estimularlo y fortalecer a la madre es lo mínimo indispensable para empezar a cortar el ciclo de la pobreza, mental y culturalmente», enfatizó Leguiza.

El staff de profesionales de Conin no sólo abarca a médicas y nutricionistas, sino también a psicopedagogas, asistentes sociales y estimuladoras tempranas. «A Conin le interesa sacar a los niños de la desnutrición y también ver la evolución desde el punto de vista madurativo», resaltó Rodríguez. Desde su experiencia de años en la fundación, contó que algunas veces «las madres no toman conciencia de la gravedad del problema de su niño». «Nosotros nunca vamos a hacer responsable a esa madre, sino que vamos a ver cómo sacar a ese niño de esa situación, con el apoyo de la madre», diferenció. «Cuando la madre entiende el problema y asume que puede modificar esa situación, ese niño ya no vuelve más a Conin», afirmó, haciendo foco en la premisa de «empoderar» a las mujeres.
Leguiza, en tanto, recordó que en 2022 Conin Chaco recibió «un caso muy grave (de desnutrición)». «Esa mamá se comunicó a través de nuestras redes sociales. Estaba en La Rubita, la convocamos y empezamos el proceso», señaló.
La meta es crecer

«Este año queremos mejorar en la cantidad de días de atención y aumentar la cantidad de niños, progresivamente llevar de 35 a 40 o 45», definió Leguiza. Esa premisa para este 2023, enfrenta como desafío que el Centro de Barranqueras es una estructura limitada. Por eso, se apunta a crecer en cantidad de asistencias pero también en cantidad de días que se prestan estos servicios.
Para financiar ese crecimiento, la fundación se encuentra incluida para recibir los beneficios de la Ley de Apadrinamiento de entidades vinculadas a la salud, a través de la cual hay empresas interesadas y que podrán aportar recursos. «Aquí entra en juego el Estado, porque tiene que aprobar una ley», subrayaron.
De la mano de ese apadrinamiento, y con más empresas apoyando el proyecto Conin Chaco, se abre otra posibilidad: el proyecto de atención itinerante, cada 15 días, en un sector de Resistencia para asistir una problemática que tiene casos de gravedad.
«En España hablaban de no caer en la cultura de la pobreza, luego de la pandemia. Y nosotros vivimos en una cultura de la pobreza hace mucho tiempo. Las mujeres llegan a Conin aletargadas. Hay que incentivarlas, motivarlas y educarlas para que tomen conciencia de que no son las responsables del problema (de desnutrición), y que tienen habilidades para empezar a salir de este problema», reflexionó Leguiza.
Un año complejo
«Fue un año complejo», definió Leguiza al repasar lo que dejó el 2022, período en el cual recibieron atención en el Centro Conin más de 390 niños y niñas, y se atendieron en el año 600 consultas pediátricas nutricionales. Además, el área social brindó más de 200 atenciones y el área de desarrollo psicomotriz más de 100 atenciones.

En promedio, son 30 niños y niñas, junto a sus madres, quienes cada mes se incorporan a la atención en la metodología Conin.
En el año fueron entregados 960 kilos de leche entera en polvo, 200 bolsones de refuerzo nutricional con alimentos no perecederos, y más de 150 docenas de huevos. Estos productos son parte del protocolo definido por la Fundación Conin en su metodología. «Cada niño debe llevarse una caja de leche por semana», indicaron Leguiza y Rodríguez.
Además, destinados a las madres, se brindaron talleres sobre educación nutricional y educación en oficios y manualidades. Hubo también talleres de tejido y reciclaje.
«No es fácil para ninguna institución y más cuando la institución tiene un espacio físico que mantener en condiciones, pagando impuestos, agua, luz, internet, teléfono. Y sumado a eso, los honorarios de los profesionales que tuvieron la grandeza de achicarse para priorizar el funcionamiento de la institución que consiste en que a los niños no les falte la leche y el refuerzo nutricional», describió Leguiza.
«Todos pusimos un granito de arena. Insistimos en conseguir fondos y las profesionales que están en Conin aguantaron con el mismo honorario todo un año de inflación», ponderó.
Precisamente la situación inflacionaria, que hizo eclosión a mitad de año con los niveles mensuales más altos, obligó a la fundación a reducir de 3 a 2 días la atención en su centro de Barranqueras. «Debimos replantearnos cómo hacíamos para sobrevivir con los magros ingresos, que nunca dejaron de existir, y llegar a cumplir los objetivos de los tratamientos para la cantidad de niños que habíamos fijado a principios de año», comentó Leguiza, subrayando que la calidad de las atenciones no se redujo.

Recordó, en esa línea, que en los inicios del 2022, la planificación fue hecha con un promedio de atenciones de 35 niños por mes. «Podemos decir que el objetivo pudo cumplirse, con la reorganización a mediados de año», ponderó.
Puntualizó al respecto que, al margen de cumplir objetivos, la institución debe cumplir con las auditorías que realiza Conin Mendoza sobre el trabajo realizado: «Tenemos que enviar cada semana un balance de la evolución de cada niño, en todos los aspectos (nutricional, médico, psicopedagógico)», detalló.
Estructura y recursos

La Fundación Conin Chaco, que modificó su estructura tras la salida del doctor Adolfo Andreotti de la presidencia, tiene un consejo de administración y un equipo técnico conformado por profesionales de distintas especialidades médicas, educativas y pedagógicas.
«El manual de funcionamiento de la fundación es un protocolo igual para todo el país y para todos los países que aplican esta metodología», explicó Leguiza.
Los recursos con los cuales se sostiene el Centro Conin en Barranqueras y su funcionamiento provienen de colaboradores particulares y en una mínima parte del Estado: «Lotería Chaqueña hizo un aporte de 60 mil pesos mensuales por mes, durante ocho meses, teniendo en cuenta la situación económica», indicaron las autoridades de la fundación.
«Teníamos socios con cuotas muy bajas y les propusimos un aumento. Y otros socios pidieron aumentar esas cuotas. Además, seguimos haciendo las colectas de los sábados», detalló Rodríguez, valorando los productos donados allí por la comunidad.
«El recurso humano que tenemos comprende el trabajo que está realizando. No va porque recibe un sueldo sino un pequeño reconocimiento por su trabajo», ponderó Leguiza, resaltando «la gran responsabilidad de las profesionales por la nutrición y estimulación del niño y la niña, y el fortalecimiento de la madre, que es quien deberá salir adelante con esa situación de malnutrición. Son jóvenes muy comprometidas».

Motivos para ser voluntarios en esta causa
«Siempre me dio vueltas algo en la cabeza: por qué la diferencia entre compañeros míos de la Primaria que estaban como caídos, y yo, que asimilaba los aprendizajes y estaba siempre con pilas. Entendí ese por qué escuchando videos de Abel Albino (fundador de Conin) y me volví a cruzar con el doctor (Adolfo) Andreotti, a quien conocía desde antes de incorporarse a la Fundación Conin. La falta de una buena nutrición y de la estimulación en la primera infancia hacían que esos compañeros estuvieran así, y que no tuvieran las mismas posibilidades que yo, que tenía un techo, comida y estimulación», relata Claudia Leguiza, de profesión arquitecta, al hablar sobre las motivaciones para ser parte de Conin Chaco.
«Cuando el doctor Andreotti me propuso sumarme, le dije que sí porque yo desde muy chica me había cuestionado el problema», agregó, y destacó que «ver los resultados es gratificante».
«Siempre me interesó ayudar a personas necesitadas. En los años ’68-’89 me hice voluntario en una fundación en Buenos Aires, que asistía a niños de la calle. Ahí aprendí una metodología. Con un asistente social y un sacerdote, que la dirigía, aprendí una metodología del tratamiento de los chicos», repasa Manuel Rodríguez, de profesión pedagogo, colaborador desde hace años de Conin Chaco y hoy presidente.
Más tarde en el tiempo, y con el estudio, aprendió que «una nutrición adecuada era clave para el desarrollo de los chicos». «Cuando llegué acá y me enteré de la construcción del Centro Conin, fui a colaborar, pensando que podía también mejorar mi situación económica. Mi rol era dar charlas a las madres sobre temas que ellas proponían», repasó.
Rodríguez hace foco justamente en las madres y en la estimulación a ellas: «Me acuerdo de madres que no tenían completa la escuela primaria, fueron estimuladas, la terminaron, y fueron al bachillerato para adultos. Incluso conocía a una que quería estudiar para maestra jardinera», contó.