Los pequeños productores de miel, en la encrucijada
La comercialización «al menudeo» se redujo hasta un ochenta por ciento. La crisis económica afecta al consumo de miel y los apicultores pierden ventas.
La miel no es un alimento esencial en la canasta de alimentos de los argentinos y con lo debilitada que está la economía familiar, la venta envasada de la producción de los apicultores locales es «casi nula», lo que adiciona un problema a la actividad que registra pérdidas por la sequía.

La venta «al menudeo» de la miel lograda por los apicultores locales «se redujo un 70 y hasta un 80 por ciento», estiman los mismos productores que comercializan «puerta a puerta» o en las ferias francas y Mercado Municipal. «El fraccionado artesanal es lo único que a nosotros nos salva cuando el precio de la miel a granel no paga ni los costos de producción, pero también la venta al menudeo cayó mucho», contó Delmiro Ávalos, apicultor del departamento de Comandante Fernández.
En la visita de NORTE RURAL al puesto del Mercado Municipal, cuando ya era casi la hora del cierre, Ávalos apenas había vendido dos frascos de miel: «uno de un cuarto de kilogramo y otro de kilo». «La situación dista mucho de los tiempos de un pasado no tan lejano, cuando nos quedábamos sin mercadería antes de llegar al mediodía, pero ahora eso no ocurre», remarcó.
NO ES COMO LA CARNE O EL PAN
«El problema económico es general y como la miel no es un alimento esencial en la dieta argentina, entonces no es buscada cuando el presupuesto familiar es ajustado, siendo la excepción aquellas personas que la tienen incorporada en el consumo y se ajustan por otro lado para comprar», indicó el técnico y colmenero. «De esas últimas son muy pocas», recalcó.
El kilo de miel envasada por los productores saenzpeñenses tiene un precio promedio de venta de 1200 pesos, «registrándose en provincias vecinas valores de hasta 2000 pesos el kilogramo». La diferencia de precio entre el producto envasado y el que se cotiza a granel «es por los gastos que implican el envase y el etiquetado, que no son baratos».
PÉRDIDAS A GRANEL
El consumo nacional de miel es bajo y las mayores ventas se realizan para la exportación, pero esos precios que otrora eran buenos, en el presente son más bajos que los costos para producir.
«El valor que los compradores están pagando por el kilogramo de miel a granel no cubre siquiera los gastos», destacó Delmiro Ávalos. El ejemplo está en el kilogramo de azúcar, un producto que necesitan para alimentar las colmenas en invierno, «que hoy tiene un valor más alto que el del kilo de miel». «Los precios de los insumos y materiales tuvieron un incremento exagerado, pero lamentablemente el valor que pagan por la miel no subió y así no podemos seguir», refirió.
Los precios «están muy atrasados», pagándose por las mieles claras 450 pesos «a los que se debe descontar el IVA». El tambor también es una pérdida en esos números con un costo de entre 13.000 y 15.000 pesos. «Si descontamos el tambor y el impuesto, los valores se achican demasiado», remarcan los apicultores.
TIRARON LOS PRECIOS ABAJO
En cuanto a las mieles oscuras, que son la mayor parte de lo producido en el Chaco, las cotizaciones son mucho más bajas, recibiendo el productor propuestas de pago de hasta 280 pesos por cada kilogramo. «Es una locura lo que están ofreciendo por esas mieles, cuando tienen las mismas propiedades», reclamaron.

EL TRABAJO NO SE REGALA
«La miel, oscura o clara, debería tener un valor que sea rentable como lo fue hace un tiempo, pero el tipo de cambio que tenemos nos desfavorece porque para pagarnos se toma la cotización del dólar oficial», acotó Ávalos. Vale mencionar que la miel es un commoditie «y en su historia la cotización del producto siempre se mantuvo en los USD2,40». «El ‘dólar agro’ podría ser un alivio si se aplica a las mieles porque el precio podría acomodarse, aunque igualmente no sería suficiente para contrarrestar los elevados costos de los insumos».
Los apicultores, con los números muy ajustados por la pérdida de rentabilidad, aseguran: «No podemos regalar lo nuestro». «La cotización de la miel es en dólares y con el cambio que se aplica en Argentina, que no se ajusta a lo que debería ser, el valor de la mercadería se deprime y en definitiva la estamos regalando», mencionó Delmiro Ávalos.
A la espera de la emergencia
SÁENZ PEÑA (Agencia). Los abejeros del departamento de Comandante Fernández consideran que la situación «es crítica» por el impacto de la sequía que causó «y sigue provocando la pérdida de colmenas». La crisis hídrica ocasiona falta de flora, «lo que no permite que las colmenas se desarrollen adecuadamente, a lo que se añade el pillaje de otras especies que generan que las abejas abandonen los cajones». «Es una cadena negativa porque el clima no acompaña a la floración y, en consecuencia, la colmena no evoluciona», resumió Ávalos.
En el antagonismo que presenta el comportamiento del tiempo en el Chaco, es válido mencionar que en 2019 los mismos productores que manifiestan hoy pérdidas por la sequía tuvieron disminución de su plantel de abejas por la inundación de los campos.
La expectativa de «un alivio» para las castigadas economías está puesta en la posibilidad de recibir algún aporte de la emergencia agropecuaria vigente, aunque en la edición pasada también fueron incluidos pero no recepcionaron ninguna asistencia. La atención en la respuesta de la emergencia «es porque la situación está complicada ya que hay una merma en la productividad y, para completar el panorama adverso, los precios a granel no acompañan».