Cinco formas de optimizar nuestra salud intestinal.

Cada vez más los especialistas en salud prestan atención a la importancia del bienestar intestinal como pieza clave de un buen cuadro clínico.

Si nuestra salud intestinal no es buena, las bacterias envían señales al cerebro que influyen de forma negativa en nuestro estado de ánimo. También del intestino depende que nuestra microbiota tenga las bacterias buenas necesarias para mantenerse equilibrado.

Comer más verduras y frutas, consumir probióticos, descansar mejor y hacer actividad física saludable son algunas de las acciones que suman mucho.

Es que nuestra flora intestinal está compuesta por múltiples bacterias que cambian desde que nacemos por distintos factores, como nuestros hábitos alimentarios, el sedentarismo, el estrés, los medicamentos.

Este cambio en la flora puede ocasionar estreñimiento, digestiones pesadas, disminución del sistema inmunitario, y además está relacionado con enfermedades como la obesidad, la diabetes, el cáncer, y otras.

Por eso, nada como mejorar la salud del intestino. Aquí, cinco reglas básicas para lograrlo.

1. Probióticos en la dieta. Es importante aumentar los probióticos, fuentes de bacterias buenas para nuestro intestino que mejoran la flora intestinal. Son alimentos fermentados de distinta naturaleza y entre ellos se encuentra el yogur con lactobacilos buenos para el intestino o el kéfir.

2. Más fibra. Debemos consumir suficiente fruta, verdura, semillas, y optar por los cereales integrales evitando los productos refinados. Puede ayudarnos a resolver muchos trastornos.

3. Dormir mejor y controlar el estrés. Aunque parezca una obviedad, dormir lo suficiente y controlar el estrés es fundamental para mantener la salud del intestino bajo control. Porque hormonas como la epinefrina pueden hacer que proliferen las bacterias intestinales causando inflamación. Y no dormir bien (o menos de siete u ocho horas) puede dificultar la regulación del flujo de epinefrina en el cerebro, lo que provoca un aumento de la concentración de bacterias intestinales. La meditación o las caminatas mejoran el panorama.

4. Tomar más agua. Un hábito para un bienestar digestivo asegurado es beber agua e infusiones. Por ejemplo, tomar dos litros de agua al día es necesario para tener una buena hidratación del bolo fecal y evitar el estreñimiento. El agua también suma para la salud de la piel, la inmunidad y la energía además de promover una correcta digestión.

5. Hacer ejercicio. También realizar actividad física de forma regular ayuda a movilizar el intestino. Incluso uno mismo se puede ayudar con masajes circulares en la zona. Por otro lado, el ejercicio promueve la motilidad o el movimiento del intestino.

En todos los casos, si no nos sentimos capaces de instrumentar todos los cambios de una sola vez y drásticamente, una alternativa es hacerlo de manera progresiva, con pequeñas modificaciones en nuestros hábitos. Incluso, muchos especialistas consideran que esos cambios tienen más chances de volverse permanentes.