Alerta máxima en el norte argentino: detectan la maleza parásita «jopo» cerca de la frontera y amenaza al girasol

17 de septiembre de 2025 — Chaco, Argentina
Una amenaza silenciosa que ya está en Bolivia
El INTA Las Breñas encendió las alarmas en la región tras confirmar la detección de Orobanche cumana (conocida como jopo o broomrape) en San Julián, Bolivia, durante la campaña 2023/24. Esta maleza parásita, que ataca directamente las raíces del girasol, representa un riesgo inminente para las provincias productoras del norte argentino, especialmente Chaco, según advirtió la ingeniera agrónoma Alejandra Ledda, especialista del INTA.
¿Por qué es tan peligrosa?
El jopo no es una maleza común: se adhiere a las raíces del girasol y se alimenta de sus nutrientes, provocando:
- Reducción drástica del rendimiento del cultivo.
- Pérdida de la capacidad productiva del suelo por hasta 10 años, ya que sus semillas (del tamaño de un «polvillo») persisten en el lote y se dispersan fácilmente por viento, agua, maquinaria o animales.
- Dificultad para erradicarla una vez instalada.
«Estamos frente a un enemigo invisible que ya causó estragos en Europa y ahora está a las puertas de Argentina. Si ingresa, no solo afectará el rendimiento, sino la viabilidad misma de seguir cultivando girasol en lotes infectados», explicó Ledda.
¿Cómo identificarla?
Los productores deben estar atentos a:
- Manchones de plantas de girasol con menor desarrollo, que no responden a problemas de suelo o agroquímicos.
- Estructuras similares a espárragos emergiendo cerca de la base de las plantas (son los tallos del jopo, que parasitan las raíces).
- Flores pequeñas que liberan semillas diminutas, casi imperceptibles.
Prevención: la única arma efectiva
Como no hay cura una vez instalada, el INTA recomienda:
- Monitoreo constante: Revisar los lotes, especialmente en etapas tempranas del cultivo.
- Eliminación inmediata: Si se detectan plantas parasitadas, extraerlas y quemarlas para evitar la dispersión de semillas.
- Uso de cultivares resistentes: Optar por variedades de girasol tolerantes a imidazolinonas (herbicidas específicos).
- Rotación con gramíneas: Cultivos como maíz o sorgo actúan como «trampa» para el jopo, ya que lo atraen pero no le permiten reproducirse.
- Limpieza de maquinaria y equipos: Evitar transportar semillas de un lote a otro.
Trabajo en red para proteger el girasol
El INTA, junto a ASAGIR, INASE, SENASA y empresas privadas, activó un sistema de alerta temprana y pide a los productores:
- Reportar cualquier síntoma sospechoso en los lotes.
- Evitar el ingreso de maquinaria o insumos desde zonas infectadas (como Bolivia).
- Capacitar a los equipos de trabajo sobre cómo identificar y actuar frente al jopo.
«El girasol es un cultivo estratégico para el norte argentino. En la campaña 2025/26, hay miles de hectáreas en riesgo. Si el jopo avanza, no solo perderemos producción, sino también la capacidad de rotar cultivos en esos suelos por años», advirtió Ledda.
Un llamado a la acción
La especialista hizo un enfático llamado a la comunidad agrícola:
«La clave está en la prevención. Si logramos detectarlo a tiempo, podemos evitar que se propague. Pero si florece, será casi imposible controlar su dispersión. La responsabilidad es de todos: productores, técnicos y autoridades.»
¿Sos productor de girasol? ¿Notaste síntomas extraños en tus lotes? ¡Reportalo de inmediato a INTA, SENASA o ASAGIR! Tu acción puede salvar la producción de toda la región.
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