Análisis de la evolución salarial en Argentina 2025: estancamiento y desafíos bajo la lupa de Federico Pastrana

Buenos Aires, Argentina, 2 de mayo de 2025 – Mientras el gobierno de Javier Milei celebra 11 meses consecutivos de crecimiento de los salarios reales por encima de la inflación, el macroeconomista Federico Pastrana, director de CP Consultora, advierte sobre un preocupante estancamiento de los salarios negociados desde diciembre de 2024, con proyecciones de caídas para marzo y abril de 2025. En un contexto de inflación al alza y paritarias restringidas, Pastrana desglosa tres indicadores clave para entender la dinámica salarial del sector privado registrado: los Convenios Colectivos de Trabajo, el Índice de Salarios del INDEC y el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). Este análisis revela una contracción generalizada del salario real y plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de la actual política salarial.
Una mirada crítica a tres indicadores salariales
Pastrana destaca la importancia de analizar conjuntamente tres indicadores para captar la complejidad de la evolución salarial en un contexto de alta inflación y cambios en el empleo:
- Convenios Colectivos de Trabajo (CCT): Estos reflejan los salarios negociados entre sindicatos y empleadores. Desde diciembre de 2024, los aumentos acordados han sido insuficientes frente al repunte inflacionario (2.4% en febrero y 3.7% en marzo de 2025). En marzo, 20 de 21 convenios analizados por CP Consultora, que representan más del 90% de los trabajadores, mostraron caídas reales, con incrementos promedio por debajo del 2% mensual frente a una inflación superior al 3%. Esta dinámica, según Pastrana, profundiza la pérdida de poder adquisitivo iniciada a finales de 2024.
- Índice de Salarios del INDEC: Este indicador mide el salario por puesto de trabajo, excluyendo variables como horas trabajadas o adicionales. Tras un crecimiento real hasta noviembre de 2024, el índice se estancó desde diciembre, con variaciones mínimas (±0.1% mensual). En febrero de 2025, registró una caída del 0.1%, y Pastrana proyecta una baja del 2.0% para marzo, en línea con la dinámica de las paritarias. Este estancamiento refleja la presión de una pauta salarial oficial que limita los aumentos.
- Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA): Considerado por Pastrana como el mejor indicador del salario efectivo de bolsillo, el SIPA incluye factores como horas trabajadas, adicionales no convencionales y cambios en la composición del empleo. Aunque mostró incrementos reales en 2024, estos se explican principalmente por un aumento del 5% en las horas trabajadas, el nivel más alto de la serie histórica. Sin embargo, los indicadores adelantados de actividad económica para marzo de 2025 son pesimistas, sugiriendo que el salario de bolsillo podría dejar de crecer.
El rol de las horas trabajadas y la divergencia entre indicadores
Un punto central del análisis de Pastrana es la divergencia entre el SIPA y los otros indicadores. Mientras el SIPA refleja un crecimiento del salario real, impulsado por más horas trabajadas, los CCT y el Índice del INDEC muestran estancamiento o caídas. Esta discrepancia se debe a que el SIPA captura el salario efectivo, influido por factores cíclicos como el aumento de horas extras, que crecieron un 3.3% interanual en el tercer trimestre de 2024 y un 5.1% en el cuarto. Sin embargo, el salario por hora trabajada se mantuvo estancado o cayó levemente entre diciembre de 2024 y febrero de 2025, con proyecciones de caídas más intensas en marzo y abril.
Pastrana advierte que las horas trabajadas tienen un componente cíclico: crecen en períodos de recuperación económica, pero caen abruptamente en recesiones. Con indicadores de actividad económica negativos para marzo, la dependencia de las horas extras para sostener el salario de bolsillo podría revertirse, profundizando la contracción salarial.
Paritarias bajo presión y el impacto de la inflación
La inflación, que dejó de desacelerarse y repuntó a 3.7% en marzo, ha superado ampliamente los aumentos paritarios, que promedian menos del 2%. Esta brecha, combinada con una pauta salarial exigente impuesta por el gobierno, ha llevado a una contracción generalizada del salario real negociado, una situación inédita bajo la gestión de Milei, salvo a inicios de 2024. Pastrana señala que las reaperturas paritarias en este contexto serán clave, pero los gremios enfrentan un escenario adverso, y la reacción del gobierno ante las demandas sindicales definirá el rumbo de la política salarial.
Por ejemplo, el acuerdo de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS) para abril-junio de 2025 establece un aumento acumulativo del 5.4% (1.9% en abril, 1.8% en mayo y 1.7% en junio), muy por debajo de la inflación proyectada, lo que confirma la tendencia a la baja en el poder adquisitivo.
El Salario Mínimo, Vital y Móvil: un retroceso histórico
El Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM), fijado en $296,832 en abril de 2025, es otro punto crítico. Según Luis Campos, investigador de la CTA-Autónoma, el SMVM ha perdido un 31.5% de su valor real desde el inicio del gobierno de Milei y es un 14% inferior al promedio de los años 90. Comparado con su pico de septiembre de 2011, el deterioro alcanza el 62%. Si se hubiera ajustado por inflación desde entonces, hoy sería de $737,216. Este retroceso, sumado a la falta de consenso en el Consejo del Salario, refleja la “insignificancia del SMVM como política de Estado”.
Desafíos de la “nueva estabilidad” en 2025
El informe de CP Consultora subraya que 2025 marca el ingreso a una nueva etapa económica, donde los efectos de la desinflación se agotan y emergen dificultades para sostener la estabilidad. Entre los desafíos destacan:
- Ancla salarial conflictiva: La política de limitar aumentos paritarios choca con la inflación y las demandas gremiales, generando tensiones sociales en un año electoral.
- Cambios en el empleo: La mayor inestabilidad laboral y el aumento de la desigualdad, con sectores como agricultura y minería liderando los incrementos salariales (285% y 276.3% anual en junio de 2024) mientras enseñanza y salud pierden terreno, complican la recuperación generalizada.
- Política fiscal restrictiva: El compromiso con el superávit fiscal y un gasto previsional indexado limita la capacidad de mejorar los ingresos reales, especialmente para informales y jubilados.
Pastrana plantea una disyuntiva: forzar la desinflación a costa del poder adquisitivo o flexibilizar la pauta salarial para reactivar el consumo y la actividad económica. La brecha entre los salarios efectivos (SIPA) y los negociados (CCT) sugiere un posible debilitamiento de la negociación colectiva, un fenómeno que podría ser estructural si no se revierte.
La voz de las redes y la percepción ciudadana
En X, la caída del SMVM y los salarios ha generado indignación. Usuarios como @MarianoUtin destacan que el SMVM actual tiene menos de la mitad del poder de compra de hace una década, mientras @CTAok critica la falta de acuerdo en el Consejo del Salario, que dejó la definición del SMVM en manos del gobierno. Estas publicaciones reflejan un creciente malestar social, amplificado por la inflación y la percepción de que los ajustes no alcanzan para cubrir necesidades básicas.
Hacia un 2025 complejo
El análisis de Pastrana pone en evidencia que, lejos de la narrativa oficial de recuperación salarial, Argentina enfrenta un 2025 marcado por el estancamiento de los salarios reales y una política salarial bajo presión. La dependencia de las horas trabajadas para sostener los ingresos, la inflación persistente y la debilidad del SMVM configuran un escenario desafiante. Mientras los gremios buscan reabrir paritarias y el gobierno define su estrategia, la evolución de los salarios será un factor determinante para la economía y el clima social en un año electoral.
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