Chaqueñas panaderas se destacan en certamen de panadería

Por séptimo año se reedita la instancia que busca recuperar una tradición gastronómica.

Dos mujeres que aprendieron a elaborar pan casero de vínculos familiares y de amistad participarán por primera vez en un certamen gastronómico y compartieron a NORTE sus expectativas.

Este miércoles comenzará en Castelli la séptima edición del Concurso del Pan Castelense, un evento para el que se inscribieron diez concursantes.

Una de ellos es Amalia Matolis, una mujer oriunda de una pequeña comunidad del Impenetrable que se mudó Castelli hace unos 30 años y que aprendió a amasar desde que tuvo a la mayor de sus hijas y que hoy ya cumplió 20 años. «Así que es algo que empezó hace muchos años ya», sonríe.

A leña

Además de cocinar para la familia Amalia cuenta que también vende pan casero para generar un ingreso extra y por cocinarlo en un horno a leña el sabor es buscado por muchos: «Nunca hago con otro tipo de horno porque es distinta la temperatura», compara.

Sobre la receta que ‘funciona’ dice: «La aprendí de una amiga, de cuando tenía un trabajo a medio tiempo. Y en cuanto a ingredientes característicos que hagan la diferencia considera que tiene su pan no tiene mayores complejidades, solo que usa levadura seca y un poco de azúcar.

Escuela materna 

Por otro lado, Andrea Cejas dice que le encanta hornear pan y siempre amasa para la familia, aunque empezó a producirlo a partir de un momento difícil en el que su marido se quedó sin trabajo. «Lo vendía para que haya un ingreso y ahora lo sigo haciendo en fines de semana para ayudar a la (economía de la) casa», describe.

Con experiencia en la venta al público de hace unos seis años dice que trata de cumplir con lo que le piden: «A veces hago panes saborizados o con un poquito más de grasa. Siempre tengo pedidos y ahora (por el concurso) mis clientes me alientan».

Ella usa horno eléctrico pese a que tenía uno de barro y terminó derribándolo por falta de uso. Explica que aunque con leña el sabor es mucho más rico, la contra que tenía era la falta de medios para conseguirla. «Como no tengo alguien que me traiga es más complicado, da más trabajo», dice.

Con algo de nervios por estar en una competencia dice que espera poder disfrutar, sobre todo porque espera mostrar lo que aprendió de su

Imágenes de ediciones anteriores. Crédito: gentileza de la organización.

mamá, Sara. «Ella amasaba pan en su horno de barro y nos transmitió a los diez hermanos eso, así que nosotros seguimos su costumbre», recuerda.

Oportunidades para los jóvenes 
Ante el crecimiento exponencial que tuvo el concurso de escultura que a partir de este año es bienal, una de las participantes en la competencia que premia al mejor pan castelense, se esperanza con el potencial que ofrece para las jóvenes generaciones. 
Amalia Matolis compartió con NORTE un deseo: «Aprovechando que vienen chicos y chicas de El Impenetrable y que son más grandes, ojalá puedan estudiar, tener un trabajo o que haya más oportunidades para ellos». 
Amalia tiene seis hijos, de los que habla con mucho orgullo. Uno de los mayores se prepara para dedicarse a la pastelería: «Estudia para abrirse camino en la vida», dice.