Crimen en Villa San Martín: «Pitala se entregó luego de la nota de NORTE porque se asustaron los que lo protegían»
Cristian Ariel Pitala de 29 años, quien habría sido quien ejecutó de seis disparos a Eduardo Gómez de 24, en Villa San Martín, se entregó esta mañana en la división Microtráfico de la Policía del Chaco. «El asesino no aguantó la presión, luego de la nota de NORTE donde con la esposa y la mamá del muchacho dijimos que los encubridores también iban a ser procesados, evidentemente no pudieron sostenerlo más, buscó un abogado y se entregó», precisó el profesional Pablo Vianello.
El acusado de ser el autor del crimen perpetrado en avenida Rissione y Pellegrini, se puso a disposición de la fiscal de investigaciones Vanesa Fonteina, y este jueves concurrió con un defensor y quedó detenido. Angélica Canteros, esposa de Gómez, en contacto con NORTE dijo: «Estamos algo mejor porque el asesino se entregó: sin dudas que la entrevista influyó».
Por su parte, el abogado querellante Pablo Vianello fue más allá y señaló: «No pudieron sostenerlo, el asesino no aguantó la presión luego de la nota de NORTE, donde con la esposa y la mamá Graciela Segovia dijimos que los encubridores también iba a ser procesados».
«Está claro que lo habían escondido pero esas personas le soltaron la mano, no querían ser cómplices, y estamos muy conformes por nuestra fuerte postura», expresó Vianello sobre la entrevista con este diario, en la noche del miércoles, donde daban cuenta de la fuga del sospechoso y la inacción policial. «Ahora esperaremos la declaración de imputado e iremos por la máxima acusación y ambos asesinos deberán pagar por lo que hicieron», remarcó Vianello.
Santiago Ramírez de 17 años, es el otro detenido, al que capturaron la semana pasada en Sáenz Peña y habría sido el que conducía la moto cuando abordaron junto con Pitala a la víctima. Previous
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La viuda que estaba el 16 de noviembre junto a Eduardo esperando para comprar tortaparrillas, contó que Pitala habría intentado matarla a ella, pero su pareja la protegió, y dos disparos dieron en el brazo, y los restantes fueron cuando ya Gómez estaba tirado en el piso y agonizando.
