Dante Gebel: el fenómeno que tensiona la frontera entre púlpito y política
Dante Gebel ya no es solo un nombre en el mundo evangélico. Es un rompecabezas que políticos, analistas y miles de seguidores intentan descifrar: ¿showman, pastor, influencer o candidato en ciernes? Su reciente gira «Presidente» —con teatros repletos y coreos que lo aclaman como futuro presidente— dejó en claro que algo está cambiando. No anuncia candidaturas, pero su sola figura genera una pregunta inevitable en el aire político argentino: ¿podría ser él la respuesta del peronismo —y de otros sectores— a Javier Milei?
El espectáculo como caballo de Troya
En el escenario, Gebel domina con un estilo híbrido: stand-up, imitaciones, canciones de los 80, citas de Shakespeare y Neruda, guiños a Maradona y bromas veladas sobre figuras como Milei o Bullrich. Recién tras 40 minutos aparece una mención a Jesús; el sermón bíblico queda para el final. Él lo llama «un caballo de Troya»: entrar por la emoción y la cultura para luego deslizar el mensaje espiritual.
Pero en su River Church de California —un estadio para 5.000 personas— el tono es otro: allí predica, ora y cita la Biblia sin mediaciones. Esa doble identidad lo hace incómodo hasta para sectores evangélicos más tradicionales, que cuestionan su mezcla de humor y fe. Sin embargo, el éxito es palpable: sus redes superan los mil millones de reproducciones, y su programa en Canal 13, producido por Mario Pergolini, lo consolida como un comunicador masivo.
La biografía que lo sostiene: de Del Viso a California
Nacido en San Martín en 1967, su historia personal es pilar de su relato: a los 7 años, con síndrome de Asperger diagnosticado, una madre con cáncer terminal y un padre alcohólico, entró a una iglesia en Del Viso. Según cuenta, su madre fue sanada milagrosamente. Ese episodio lo marcó y lo llevó al pentecostalismo, la rama evangélica que cree en sanaciones y señales divinas.
En 2009 se mudó a EE.UU., y en 2015 compró el River Arena. Ha construido un entramado empresarial que incluye ministerios, productoras y fundaciones. Asegura vivir de sus shows, libros y redes, y donar lo recaudado en Argentina —habla de 46 millones de dólares donados desde 2020—.
Posiciones políticas: conservadurismo y ruptura
Gebel mantiene posturas conservadoras en lo moral: en 2010 escribió una carta contra el matrimonio igualitario (lo llamó «aberración») y se opone a la legalización del aborto. Pero su estilo dista del pastor tradicional: su hermano Diego trabajó con colectivos LGBT+ y en boliches nocturnos, y Dante mismo busca conectar con audiencias diversas.
Ha tenido roce con la política: pidió el voto por Daniel Scioli, bendijo a Nayib Bukele, entrevistó a Agustín Laje y recibió el aliento de Jorge Lanata para dar el salto electoral. Hoy, su entorno incluye sindicalistas, operadores libertarios y figuras del peronismo, lo que alimenta teorías sobre un posible respaldo transversal.
El contexto: el avance evangélico y la oportunidad política
Los evangélicos en Argentina pasaron de representar un 9% en 2008 a casi 20% hoy. Por primera vez, tienen presencia orgánica en el Congreso: dos pastoras en el Senado y siete diputados, todos dentro del oficialismo. Este crecimiento otorga a Gebel una base potencial de votos que trasciende lo religioso.
La pregunta que flota entre sus seguidores y los círculos políticos es: si un economista marginal y comunicador carismático como Milei llegó a la presidencia, ¿por qué no podría hacerlo un pastor con mayor alcance mediático y narrativa de «milagro» personal?
¿Operación política o fenómeno espontáneo?
Gebel asegura que «su futuro lo decidirá Dios» y que no tiene planes definidos. Pero los hechos muestran un movimiento en ciernes:
- Sus afiches aparecieron cerca del Congreso.
- Dirigentes peronistas, libertarios y sindicales lo tentaron.
- En redes, cuentas afines lo promocionan como alternativa.
Las teorías son múltiples: para algunos, es una jugada del Gobierno; para otros, de la oposición o de poderes externos. Lo cierto es que su figura ya se instaló en la conversación pública como un posible articulador de religión, medios y política.
El desafío: convertir el carisma en proyecto
Gebel enfrenta varios retos si da el paso:
- Traducir su mensaje espiritual a un programa político concreto —hasta ahora, sus propuestas son abstractas: «hogar, vejez, muerte»—.
- Unir a un electorado fragmentado que va desde evangélicos conservadores hasta jóvenes desconectados de la política tradicional.
- Manejar la tensión entre su identidad religiosa y la necesicia laicidad del Estado.
Conclusión: más que un pastor, un símbolo de la nueva arena pública
Dante Gebel encarna la fusión entre espectáculo, fe y política que caracteriza a la era digital. Su potencial no radica solo en su elocuencia o su base evangélica, sino en su capacidad para conectar con el desencanto y la búsqueda de referentes nuevos en una Argentina polarizada.
¿Será el «presidente» que algunos corean? Por ahora, es un fenómeno que demuestra que las fronteras entre el púlpito, el escenario y la política son más porosas que nunca. Y en ese cruce, Gebel ya se mueve como pez en el agua.
¿Creés que un pastor con estilo mediático como Gebel podría convertirse en una alternativa política real en Argentina? ¿Su mensaje logra trascender lo religioso?
