«El aumento de la enfermedad renal crónica impactará a más personas a nivel mundial»

Los problemas renales tienen la particularidad de que dificultan su detección temprana. Los síntomas suelen aparecer en fases avanzadas.
Los riñones no son un órgano más. Integran el selecto top five de los órganos vitales del cuerpo humano que se necesitan para vivir junto con el cerebro (puesto 1), corazón (puesto 2), pulmones (puesto 3), hígado (puesto 4) y el par de riñones, que aparecen en el puesto 5. Cuando los riñones se enferman, puede pasar mucho tiempo antes de que lo notemos, y eso conspira contra una detección oportuna del problema. Es posible perder hasta el 90% de la capacidad renal antes de la aparición de síntomas, según advierte la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN, por sus siglas en inglés).

En ese marco, la Enfermedad Renal Crónica (ERC) es considerada una crisis de salud global emergente ya que, según predicen los expertos, para el 2040 será la quinta causa principal de muerte en el mundo. Una investigación llamada estudio Impact CKD, apoyado por el laboratorio anglosueco AstraZeneca y la University College London, resalta una creciente crisis de salud global relacionada a la Enfermedad Renal Crónica (ERC), con profundas implicaciones económicas y ambientales.
PANORAMA INQUIETANTE
Los resultados de la investigación reflejaron cuál es el panorama global actual. Una de las conclusiones más contundentes mostró que, para la próxima década, la prevalencia de la Enfermedad Renal Crónica crecerá del 11,7% al 16,5% en las poblaciones relevadas. Esta tendencia apunta a un incremento del 59,3% en casos de etapa avanzada de ERC. El documento también planteó dos aspectos claves para mejorar el pronóstico de la enfermedad: el diagnóstico precoz que se ve interrumpido aún ante la odisea diagnóstica de millones de pacientes y el abordaje terapéutico multidisciplinar.
Carlos Bonanno, médico nefrólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN) describió que unas 850 millones de personas en el mundo padecen enfermedad renal crónica y señaló que «las enfermedades renales crónicas integran el grupo de enfermedades no transmisibles (ENT) junto con las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer, la hipertensión y las enfermedades pulmonares crónicas, principales causas de muerte y discapacidad en todo el mundo».
En América Latina, las enfermedades renales son responsables de más de 250.000 de muertes al año, según datos de 2019. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los países más afectados en la región son México, Nicaragua, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Belice y Costa Rica.
Son factores de altísima incidencia en los cuadros de daño renal
Hipertensión y diabetes, dos enemigos
Hasta el momento no hay cura para los cuadros de enfermedad renal crónica (ERC). La afección puede evolucionar hasta perderse gran parte de la función renal, un estadio conocido como Enfermedad Renal Terminal (ERT). «Los riñones pueden dejar de funcionar lentamente durante un período de 10 a 20 años antes de presentarse enfermedad renal terminal», resalta la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos. Por todo esto, la detección precoz puede ser la respuesta ante el impacto de esta patología.

Cuando se manifiesta la ERT, los riñones ya no pueden realizar sus funciones, y cuando resta del 10 al 15% de la función renal es necesario comenzar a realizar diálisis. Incluso, aquellos que aguardan por un trasplante de riñón pueden necesitar diálisis mientras esperan.
DOS ENEMIGOS
Una persona puede vivir con un solo riñón, pero cuando experimenta insuficiencia renal grave, la diálisis puede filtrar la sangre hasta que reciba un trasplante de riñón o su riñón recupere alguna función. Algunas personas necesitan someterse a hemodiálisis a largo plazo.
Para completar el cuadro de deterioro que pueden sufrir los riñones, estos son muy susceptibles al aumento de la presión arterial, por lo que la hipertensión es el principal factor relacionado con el desarrollo de daño renal. Otro trastorno importante que daña a los riñones es la diabetes. Por eso los especialistas ponen el acento en la importancia de la detección precoz, ya que la mayoría de las personas que padecen enfermedad la renal crónica no cuenta con un diagnóstico que la ponga al tanto de ello.
Fuerte impacto en los sistemas de salud
Los trastornos renales afectan la calidad de vida del paciente, pero también impactan en los sistemas de salud, así como los diagnósticos tardíos o incorrectos afectan la economía de los países y el medio ambiente. Según los datos del estudio presentado en el Congreso Mundial de Nefrología 2024, se prevé que la proporción del presupuesto sanitario asignado al tratamiento de la ERC alcance una media del 7,3% y hasta el 25,7% en algunos países.
Incluso, los investigadores detallaron las proyecciones de impacto ambiental para 2032 en los ocho países que integraron el estudio y señalaron que «las proyecciones de impacto ambiental para 2032 en estos países indican 440 millones de metros cúbicos de consumo de agua dulce, 11.000 millones de kilogramos de equivalente de petróleo de uso de combustibles fósiles, y 29.000 millones de kilos de dióxido de carbono equivalentes de uso de carbono».
Por eso algunos países vienen intensificando campañas dirigidas a incentivar la realización de controles de la función renal para la detección temprana de disfunciones.