«El frío agrava la situación de las personas sin hogar»

Muchas se resisten a concurrir a los refugios dispuestos por el estado y otras no están al tanto de los mecanismos de ayuda con los que podrían contar.

A pesar de los esfuerzos del gobierno provincial para brindar contención a los casos de personas en situación de calle, y con la colaboración de organizaciones como Cáritas, muchas de ellas optan por no concurrir a los paradores dispuestos a tal fin.

NORTE recorrió la zona de avenida Soberanía Nacional entre calles 12 y 16. Además de las precarias casillas levantadas con cañas y rollos de plástico -que hacen las veces de puestos de venta de tortas parrilla, improvisados talleres y gomerías e incluso corralones de materiales-, en esa misma banquina junto con canal se divisan, escondidos entre los pastizales, los despojos aún en uso que utilizan quienes paran allí.

A la altura de calle 14, en una zona de santuarios dedicados al gaucho Antonio Gil, se encuentra el precario refugio de Cristian Delgado. Acompañado por Darío Rubén Torancio, vecino del barrio UPCP que jornada a jornada se dispone a darle una mano, Cristian, un hombre de edad media, vestido con ropa limpia y amable en el trato- contó su presente.

El frío obligó a buscar soluciones poco ortodoxas a la hora de cubrirse, sobre todo por las noches.

«La vida me llevó a estar en esta situación. La economía actual no ayuda para nada, y me vi hace unos siete meses sin lugar dónde vivir. Así que me instalé acá. La verdad es que en los meses de calor no sentí en gran medida las inclemencias del tiempo, pero con esta llegada de la ola polar tan intensa se hace difícil. Por el frío y la inseguridad de estar a la intemperie. Prácticamente duermo a la siesta y a la noche la paso en vela. Hay gente solidaria que me ayuda, y con Darío solemos buscar algunas changas para hacer. Prendo fuego para cocinar y la voy remando. Sería bueno que de la Municipalidad viniera a cortar las malezas un poco, porque después de las lluvias crecieron mucho, aparecen alacranes y otras alimañas», contó.

Para acercar cualquier ayuda, sobre todo abrigos, algún colchón y frazadas, se puede contactar con el celular 362-566-1399 (número de Darío Rubén).

Este es el lugar en el que hace más de dos décadas se refugia y duerme un hombre mayor, por propia voluntad.

EL ABUELO HORACIO

A escasos 200 metros, por la misma mano de la avenida hacia los números descendentes, se observa un claro entre los yuyos. Días pasados se viralizó un video que exhibía el estado de un hombre mayor que reside, si se puede llamar así, en ese lugar. En la soleada mañana de ayer, la imagen era la de un sillón plegable castigado por el tiempo que se eleva apenas sobre el verde desatado de la vegetación. A su lado, y solo al acercarse, el observador logra entrever unos tachos vacíos y algunos restos de lona.

Horacio fue asaltado el fin de semana. La viralización de un video activó el operativo de ayuda estatal.

Al consultar con vecinos, informaron que el hombre que para allí se llama Horacio. «Hace más de 25 años que está ahí. Es educado y se ve que es un hombre leído. Él no quiere moverse de ese sitio.

Tiene su rutina, sale a hacer sus cosas todos los días. No molesta a nadie y se arregla con ese sillón y esos cacharros que guarda. Se cubre con una manta y las lonas y duerme así. Este fin de semana pasado se ve que tuvo algún problema grave. Al parecer lo asaltaron unos muchachos y lo golpearon. Acudieron la Policía y empleados de Desarrollo Social. Lo llevaron a un refugio cercano. Le va a servir para recuperarse, pero seguro volverá. Ya lo ha hecho en varias ocasiones en estas décadas. Es todo un caso», reflexionaron.