El Gobierno Oficializa la Baja de Aranceles: Ropa, Calzado y Telas en la Mira

31 de marzo de 2025
El Gobierno de Javier Milei dio el martillazo final a una medida que venía cocinándose: bajó los aranceles a la importación de ropa, calzado y telas con un decreto firmado por el Presidente, el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el titular de Economía, Luis Caputo. La jugada, que modifica el Derecho de Importación Extrazona (D.I.E.) en la Nomenclatura Común del MERCOSUR (N.C.M.), busca inundar el mercado con productos extranjeros más baratos para competir con la industria local y, según el Ejecutivo, achicar los precios que en 2024 se dispararon por encima de la inflación general. Pero no todos aplauden: los industriales ya pusieron el grito en el cielo.
Los Nuevos Números del Juego
El decreto, publicado hoy en el Boletín Oficial, pone las cosas así:
- Ropa y calzado: de 35% a 20%.
- Telas: de 26% a 18%.
- Hilados: de 18% a 12%, 14% o 16%, según el tipo.
La Secretaría de Comercio justificó el volantazo: “Desde 2007, los aranceles subieron como medida transitoria, pero se quedaron 18 años sin revisión. Eso encareció la ropa en Argentina”. Un relevamiento oficial compara: una remera de marca internacional cuesta 310% más que en España y 95% más que en Brasil; una campera, 174% más que en España y 90% más que en Brasil. “Queremos competencia y precios más bajos”, dicen desde Economía, alineando la medida con una estrategia 2024 que ya eliminó trabas como la Declaración Jurada de Composición de Producto (DJCP), el estampillado obligatorio y los controles aduaneros de etiquetado.
Historia de un Arancel con Curvas
El Arancel Externo Común (A.E.C.) del MERCOSUR arrancó en 1994 con 14% para hilados, 18% para tejidos y 20% para confecciones y calzado. En 2007, Argentina y Brasil los subieron a 26% y 35%, respectivamente, mientras Paraguay y Uruguay se quedaron en el esquema original. En 2009, los hilados treparon hasta 18% o 26%. Ahora, el Gobierno de Milei da marcha atrás, argumentando que esos aumentos “transitorios” se eternizaron y dejaron a la indumentaria argentina como la más cara de la región.
La Visión Oficial: Competencia y Bolsillos Más Livianos
Desde Casa Rosada confían en que abrir la canilla de las importaciones bajará los precios y le dará un respiro al consumidor, golpeado por subas textiles que en 2024 superaron el IPC general. “Es parte de un plan más grande para combatir la inflación y fomentar la competencia”, aseguran, destacando que la Secretaría de Industria y Comercio ya flexibilizó normativas para aceitar el ingreso de productos del exterior. La meta: que la ropa y el calzado dejen de ser un lujo.
El Grito de la UIA: “Nos Dejan en Desventaja”
La Unión Industrial Argentina (UIA) no se quedó callada. En un comunicado, la entidad advirtió: “Bajar aranceles sin una agenda de competitividad interna es un error”. Según la UIA, la industria textil y de calzado, que emplea fuerte en provincias como Buenos Aires, Catamarca y Tucumán, ya perdió 10 mil de los 30 mil empleos industriales caídos en el último año. “Una apertura indiscriminada, sin nivelar el ‘costo argentino’, puede acelerar la informalidad y la debacle del sector”, dispararon.
Los industriales señalan que, en febrero, el IPC de prendas y calzado subió solo 0,4%, contra aumentos mucho mayores en otros rubros. Además, denuncian que el comercio ilegal, el contrabando y la falsificación ya los tienen contra las cuerdas: un 80% de las empresas textiles relevadas por el CEU-UIA dicen sufrir el impacto del contrabando. “Necesitamos bajar impuestos locales y una estrategia coordinada, no solo abrir la importación”, cerraron.
Las Redes Se Parten en Dos
En X, #ArancelesTextiles es un campo de batalla. “Por fin ropa más barata, basta de pagar fortunas por una remera”, celebró un usuario. Pero otro retrucó: “Esto mata la industria local, Milei entrega el trabajo argentino”. Memes de fábricas cerradas y carritos de compras llenos de ropa china alimentan el debate, mientras el hashtag suma miles de interacciones.
¿Bajan los Precios o Cae la Industria?
El Gobierno apuesta a que la competencia extranjera enfríe los precios, pero los industriales dicen que el tiro puede salir por la culata: sin resolver el “costo argentino” —impuestos, logística, informalidad—, las fábricas locales podrían cerrar antes de que las góndolas se abaraten. ¿Quién tiene razón? Sumate a #ArancelesTextiles y contanos qué pensás de este decreto que sacude el tablero económico del Chaco y el país. Por ahora, la pulseada entre aperturistas e industriales está que arde.