El Gobierno pospuso el choque: la reforma laboral se tratará en el Senado el 10 de febrero
Patricia Bullrich anunció la postergación tras la masiva marcha de la CGT. El objetivo es negociar en enero con la UCR, el PRO y bloques provinciales para asegurar los votos. El dictamen «está abierto a cambios».
En un movimiento táctico para evitar una derrota legislativa segura, el Gobierno decidió posponer el tratamiento de la reforma laboral en el Senado. La jefa del bloque de La Libertad Avanza (LLA) en la Cámara alta, Patricia Bullrich, anunció este jueves que el proyecto se debatirá y votará recién el 10 de febrero de 2026, en el marco de nuevas sesiones extraordinarias que convocará el Poder Ejecutivo.
La decisión llegó horas después de la masiva movilización de la CGT en las calles de Buenos Aires y en medio de un plenario de comisiones que evidenció la falta de consenso suficiente para aprobar la iniciativa. Bullrich admitió que el cambio de calendario responde a la «necesidad de reunir mayores consensos» y aseguró que el dictamen de mayoría «está abierto a nuevos cambios».
La estrategia: un enero de negociaciones a full
El nuevo cronograma le da al oficialismo un respiro de casi dos meses para intentar lo que no pudo lograr en diciembre: sumar los votos clave que hoy le faltan. Según adelantó Bullrich, el foco de las negociaciones estará puesto en bloques decisivos como la UCR, el PRO, y una constelación de fuerzas provinciales: Misiones, Salta, Tucumán, Santa Cruz, Chubut, Neuquén y Cambio Federal.
El objetivo declarado es «tener garantizado el dictamen de mayoría» antes de llegar al recinto. La postergación es un reconocimiento tácito de que, en el estado actual de las tratativas, la ley no contaba con los votos necesarios para ser aprobada.
Contexto: presión sindical y un dictamen en construcción
El anuncio se produjo en el último tramo del plenario de las comisiones de Presupuesto y Trabajo, que este jueves escuchó a los últimos invitados. La gigantesca marcha de la CGT —que reunió a las tres centrales obreras— funcionó como un contundente mensaje de fuerza al oficialismo y a los senadores indecisos, mostrando la capacidad de movilización del movimiento sindical contra una reforma que consideran lesiva para los trabajadores.
Al señalar que el dictamen sigue abierto a modificaciones, Bullrich deja la puerta entreabierta para negociar cambios de fondo en algunos de los puntos más críticos, como los Fondos de Asistencia Laboral (FAL), la baja de aportes a obras sociales o la flexibilización de las indemnizaciones, aunque sin renunciar al núcleo duro de la iniciativa.
Con este repliegue táctico, el Gobierno evita un revés parlamentario antes de Navidad y compra tiempo para una negociación de alto voltaje durante enero. La batalla por la reforma laboral, lejos de terminarse, se traslada al verano.
¿Usted qué opina?
La postergación de la reforma laboral para febrero, ¿es una muestra de pragmatismo del Gobierno para negociar mejor, o una demostración de debilidad política ante la presión sindical y la falta de apoyo en el Senado? El pulso por la ley más controversial del año continúa. Participe en los comentarios.
