El Río Paraná Se Cobró Nueve Vidas Este Fin De Semana En Costas De Corrientes

En un brutal cierre del año 2025, el río Paraná se llevó nueve vidas en las últimas 48 horas. Algunos cuerpos aún no fueron rescatados de las aguas. Los incidentes que derivaron en los luctuosos finales sucedieron entre el viernes y el sábado, minutos antes de la medianoche. Uno de los hechos involucró a una familia, justo en la línea divisoria de frontera con el Paraguay.

El primero de los hechos se reportó a la altura del kilómetro fluvial 1198, a metros de un banco de arena, frente a la capital correntina, donde una lancha con ocho personas encima dio vuelta campana. Al parecer el mal clima agitó el río y esto derivó en el incidente. De todos los ocupantes, seis fueron rescatados y dos aún siguen desaparecidos, indicaron fuentes oficiales. Se trata de Melisa Argañara y Sergio Stortti.

El segundo de los episodios fue reportado el sábado en Ituzaingó, donde dos jóvenes turistas, oriundos de Comodoro Rivadavia, perecieron ahogados mientras se bañaban en zona NO HABILITADA. Sus cuerpos fueron encontrados esta mañana en la zona del río próxima al ex zoológico. Se trata de Ignacio Sebastián Vargas, de 35 años de edad, y Facundo Herrero, de 23 años de edad.

El tercer episodio ocurrió a la altura del barrio Río Paraná, en la capital, donde un hombre, que viajaba de acompañante a bordo de una moto náutica, salió despedido del aparato y cayó al río. Pese a que el conductor volvió por él, la víctima ya se había ahogado. Su cuerpo fue rescatado un rato después. Su identidad no trascendió.

Finalmente, el sábado alrededor de las 23 horas y en la frontera fluvial entre Argentina y Paraguay, una embarcación con seis compatriotas a bordo (una familia) naufragó provocando que todos cayeran a las aguas del río Paraná. Pescadores paraguayos lograron rescatar a una niña junto a un niño y los llevaron a la costa. Los otros cuatro murieron ahogados.

La Comisaría 16 de Cerrito Ñeembucú, en Paraguay, informó que se trata de Roberto Encina, argentino mayor de edad; Sandra Elizabeth Maidana Careaga, argentina mayor de edad; Luz Rocío Maidana Careaga, argentina mayor de edad, y un menor de edad.

Una Tragedia Colectiva Con Un Llamado De Atención Urgente

  • La Dimensión De La Pérdida (El Dolor Irrefutable): Nueve vidas perdidas en un solo fin de semana configuran una tragedia de proporciones desgarradoras. Detrás de cada número hay una familia destrozada, amigos en duelo y comunidades conmocionadas. La magnitud acumulada de estos hechos es aterradora.
  • El Patrón De Alerta (La Crítica Implícita): Lejos de ser hechos aislados, los episodios revelan un patrón recurrente y letal: imprudencia, falta de habilitación de zonas, condiciones climáticas subestimadas y, posiblemente, deficiencias en los controles sobre el uso de embarcaciones y motos de agua. El río no discrimina; sus peligros son constantes y exigen respeto extremo.

¿Cómo Interactuar Con Esta Información?

  1. Como Sociedad Y Autoridades: Esta noticia debe ser un punto de inflexión. Exige una revisión urgente de los protocolos de seguridad, la señalización de zonas prohibidas, los controles sobre el estado de las embarcaciones y una campaña de concientización masiva y brutalmente gráfica sobre los riesgos reales del río.
  2. Para Quienes Visitan O Viven Junto Al Río: Es un recordatorio trágico, pero necesario, de que el Paraná no es una piscina. Sus corrientes, bancos de arena y cambios de clima son impredecibles. El respeto por las normas (chalecos salvavidas, zonas habilitadas, pronóstico meteorológico) no es una sugerencia, es la línea entre la vida y la muerte.
  3. En Términos De Verificación Y Seguimiento: La información, con datos precisos de víctimas y lugares, es verificable a través de las autoridades policiales de Corrientes y Paraguay. El seguimiento periodístico debe continuar para presionar por las investigaciones de cada caso y por respuestas en materia de prevención.

En síntesis, el Paraná ha emitido una factura letal en vísperas de un nuevo año. Estas nueve muertes no pueden quedar solo como una estadística luctuosa más. Deben servir como un grito de alarma colectivo que obligue a una reflexión profunda y a la acción concreta para evitar que la próxima temporada de verano se tiña, nuevamente, de un duelo evitable. La belleza del río no puede seguir siendo la antesala de tantas despedidas.