El Sudoeste chaqueño se transforma y se erige como un polo agroindustrial en pleno desafío.
Desde el más grande hasta el más pequeño apuesta a crecer. Los trabajos nacen desde el suelo hasta el gran paso hacia la industrialización.
Fábricas nacionales e internacionales agrandan o se instalan con sus concesionarios. La digitalización y el servicio postventa crece, y los productores invierten en la tecnología y se abren a la sustentabilidad. Del más pequeño, al más grande, apuestan a crecer y a trascender esa mirada de suelo de materias primas hacia el siguiente paso: la industrialización.

Sin embargo, aún hay caminos y rutas por reparar, agrandar, mejorar. Las condiciones del mercado se sacuden con el clima o la guerra, y en Argentina la incertidumbre por las políticas de Estado, que podrían ser o no, sumado a una economía derrumbada, se ponen como grandes montañas ante ellos.
Pero hay una máxima en el agro y es que el mundo necesita alimentos, y este «casino a cielo abierto», donde hombres y mujeres, productores y empresarios, apuestan cada campaña, expone nuevos desafíos mientras comienzan a verse como brotes los recambios generacionales, que serán la clave junto a la sustentabilidad.

Aún no llega el gas, aún no se termina el circuito de agua potable, sin embargo, crecen los proyectos presentados en el Concejo de Charata para formar parte del Parque Industrial. Varias empresas de otras provincias se han instalado, e incluso construyen sus propios edificios, la producción en un año muy complejo volvió a apoyarse en el norte, que mira una y otra vez pasar reuniones sobre los bajos submeridionales. Los impuestos aumentan, y aun así, lo que la producción pide es un lugar clave en la agenda de candidatos y funcionarios, como tan clave es el ingreso de divisas que genera al país y el pulmón que significa para su economía.

Los desafíos de la tecnología se vieron un año más durante la vigésima edición de Agronea. La muestra agroindustrial y ganadera más importante del norte argentino, que volvió a mostrar que el norte, el sudoeste ya no es solo una región más, sino que ha vuelto a ponerse como epicentro de una nueva revolución.
Los datos, la Inteligencia Artificial, la tecnología en general aplicada a insumos, eventos, o maquinaria no servirá de nada sin la investigación y el desarrollo de instituciones como el INTA, y el trabajo en el campo de productores.

El gran desafío de la sinergia público-privada, será la respuesta a quien llegue a conducir los destinos del país y la provincia, en este camino a un nuevo proceso, que inevitablemente es una realidad.