Gustavito dice que su espacio ofrece personas que saben cómo hacer las cosas.

Tras cuatro años de pésima gestión como intendente de Resistencia, Gustavo Martínez señala que es «una alternativa real de cambio» para el Chaco.

El intendente de Resistencia, Gustavo Martínez, considerado desde el inicio de su gestión hasta la actualidad como el peor intendente del país según sondeos privados, continúa recorriendo la provincia en su afán de ser gobernador del Chaco. Su última parada fue Charata, donde además participó del Gran Debate que tuvo como protagonistas a Jorge Capitanich y Leandro Zdero.

Gustvo Martínez no se animó a recorrer la ciudad y solo se mostró junto a su compañera de fórmula, Viviam Polini, en una conferencia de prensa donde explicó su oferta de cara a las próximas elecciones generales provinciales que se realizarán el 17 de septiembre.

El intendente de la capital de la provincia, sostuvo que «en el Chaco va a asumir otro gobierno» el 10 de diciembre, y remarcó que su espacio «le ofrece al Chaco una alternativa real de cambio con gente que tiene la capacidad para saber lo que hay que hacer, porque se tiene que terminar la anarquía que existe en el gobierno provincial, las personas del interior lo saben mejor que nadie y sufren las consecuencias de esta falta de gestión».

Martínez, que lleva más de 20 años ocupando cargos importantes en la vida política del Chaco y fue denunciado «por evasión previsional, malversación y lavado de dinero durante su gestión es Sameep, por un total actualizado de más de 17.500 millones de pesos», ahora sostiene que «después de 16 años de este gobierno hay déficit de salud, no hay profesionales, la mitad de la infraestructura hospitalaria está deteriorada o es un maquillaje de pintura para decir que se hizo nuevo, no hay medicamentos y te trasladan al Hospital Perrando de Resistencia como única solución».
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«Hay que ordenar el Estado poniendo énfasis en la necesidad de servicios como la alimentación y la salud, que deben ser prioridad», agregó Gustavo Martínez, que para terminar la Plaza 25 de Mayo de Resistencia tuvo que ser intimado por la Justicia. Obra que también fue denunciada por «sobreprecios».

«Gustavito», en su encuentro con los medios de prensa del interior también se animó a cuestionar la inseguridad. «No se puede tolerar el grado de inseguridad en el Chaco con una policía que está abandonada», dijo, cuando la ciudad capital está a oscuras y «los barrios son una boca de lobo», según denuncian todos los días los vecinos.

Para Gustavo Martínez, que nada pudo cambiar la realidad de la ciudad con sus candidatos al frente de la Municipalidad, «hay que construir equipos serios con decisión, con planificación, con responsabilidad, buscando políticos sacrificados, responsables, capaces de entender la agenda de la actualidad y de trabajar en lo que le interesa al pueblo chaqueño».

En ese sentido, el dirigente justicialista no tuvo que indagar mucho para encontrar todas esas cualidades para presentar ofertas a la sociedad, sino que recurrió al entorno familiar y dispueso que su esposa, Eli Cuesta, sea la candidata a intendente de su espacio en Resistencia.

EL SEÑOR IMPUESTAZO
Gustavo Martínez es recordado por los contribuyentes de Resistencia por los sucesivos «impuestazos» que aplicó al asumir su gestión, y años subsiguientes, inclusive en plena pandemia por Covid-19, cuando la ciudad y la provincia fue cerrada de manera escandalosa durante casi medio año.

Ahora, en campaña para ser gobernador, «Gustavito» tiene una mirada diferente y considera que a los que pagan los impuestos «el Estado debe dedicarse a apoyarlos».

«Es menester cambiar la matriz de la concepción de la inversión del Estado, ya que los políticos administran los recursos que son generados por el sector privado como los productores, los comerciantes y los industriales que son contribuyentes que pagan sus impuestos», indicó Martínez y agregó que»el privado es el que genera riqueza, actividad, expansión económica y puestos de trabajo, y el Estado debe dedicarse a apoyarlo, mientras que los recursos resultantes tienen que ser puestos en prioridades como la alimentación, la salud, la educación, la seguridad y en la lucha contra los flagelos».