«Hay que decir la verdad: ordenar esta provincia nos llevará 15 años de esfuerzo»

El intendente de Resistencia habla sobre su futuro político y el proyecto para gobernar el Chaco; sobre su plan para «ordenar» el empleo público; y el fallo de la Corte Suprema sobre recursos coparticipables.
«Somos un país con una dirigencia bastante berreta». Esa frase, y otras que revelaron los lineamientos centrales de su gestión y de su concepción política, resaltando a la vez varias veces su sinceridad hacia la gente, el intendente de Resistencia, Gustavo Martínez abordó en NORTE una amplia agenda de temas.
Durante un diálogo de casi una hora, el jefe comunal capitalino pidió debatir una nueva ley de coparticipación ante el reciente fallo de la Corte Suprema en favor de CABA; habló sobre el ordenamiento del gasto público con un freno al ingreso de empleados al Estado; y analizó el escenario político provincial donde su espacio, la Corriente de Encuentro por Resistencia (CER), aspira a dar pelea para la gobernación y para la principal intendencia de la provincia.
NORTE: Como referente político importante dentro del Partido Justicialista, en su espacio político CER aglutinó a otros sectores que no son justicialistas para llevar adelante la gestión municipal. ¿Cómo avizora desde ese espacio la carrera electoral hacia 2023?
Martínez: Hay mucha ansiedad por el 2023, porque nos fue muy mal en estos tres años, pero no porque alguien haya hecho algo a propósito. Nosotros trabajamos 15 años por un proyecto para Resistencia, jamás íbamos a pensar que se nos daría la oportunidad de llegar al municipio y tener, a los tres meses, una pandemia. Nadie estaba preparado. Tratamos de no cambiar nuestro camino en la planificación, aunque obviamente nos faltó tiempo porque la pandemia nos comió un año y medio. Perdimos lo más fuerte que teníamos como proyecto político, que era el vínculo con la gente.
A todo esto que nos tocó vivir, que fue malo, se agrega una inflación que será 100% anual, y eso hace que la gente quiera ver qué viene. Por eso queremos plantear una alternativa en 2023 para gobernar la provincia, porque hay cosas para cambiar. Hay muchas que se hicieron muy bien, como direccionar el Chaco a una matriz distinta, para que ya no sea una provincia del norte, pobre y estado-dependiente, y direccionarla hacia el desarrollo que permita la creación de empleos en el mercado privado formal. Eso ha sido muy positivo. Pero, hasta lograrlo, pueden pasar 20 años, porque es necesaria infraestructura, conectividad, servicios, tecnología, formar recursos. Tenemos que pensar en nuestros hijos y qué calidad de vida puedan tener. Eso necesita sinceridad y nosotros tenemos la posibilidad de ofrecerle al Chaco una alternativa con un equipo que tiene vitalidad. Creemos que se puede ordenar esta provincia para que eso nos permita impulsar la matriz que se empezó a construir; una provincia que tenga la infraestructura para cambiar la matriz y no que todas las personas que terminan quinto año o una carrera universitaria estén buscando un conocido en el Estado para poder conseguir algún ingreso.
Hay que apostar a la reconstrucción del tejido social y ser sinceros con la gente. Hay que decir la verdad: no será fácil ordenar esta provincia, nos llevará 15 años de esfuerzo.
-¿Cómo cree que son los tiempos políticos de definiciones hacia 2023 en cuanto al proyecto de provincia y qué pasará con Resistencia?
–En enero, estamos haciendo una recorrida para dialogar con dirigentes de todo el Chaco. En febrero haremos actividades en el Gran Resistencia para consolidar nuestro espacio político. Muchos dirigentes radicales y peronistas trabajamos juntos en este espacio y queremos llevar esa matriz a toda la provincia, que nos permita trabajar con todos los dirigentes y coincidir en que esta provincia necesita ordenamiento y desarrollo, no sólo en infraestructura, que se da y es muy importante, sino también económico y humano, de los valores. Y aquí hay que apostar a la reconstrucción del tejido social y ser sinceros con la gente. Hay que decir la verdad: no será fácil ordenar esta provincia, nos llevará 15 años de esfuerzo.
-¿Cuando habla de ordenamiento a qué se refiere?
–Presenté un proyecto al Concejo municipal, pero vi que no había mucha voluntad de tratarlo, para la reforma de la Carta Orgánica, para que me prohíban a mí y a todos los intendentes, por diez años, seguir haciendo ingresar gente al Municipio. No se puede más. Tenemos que buscar otra alternativa, no puede todo el mundo ser empleado público. Tenemos que empezar ya a generarle la conciencia al chico de 10 o 15 años de que no podrá ser empleado público. ¿Cómo vamos a ordenar 40 mil precarizados que tiene el Chaco y a la vez meter 40 mil más a trabajar? Cada vez padecemos peores servicios porque no podemos ordenar la gente. Nos va a llevar diez años que todos tengan estabilidad (laboral), pero en ese tiempo tampoco debe entrar más nadie. Hoy, el Municipio no tiene ningún personal precarizado cumpliendo tareas.
-Pese a estas intenciones, el empleo público en el Chaco sigue teniendo el mayor peso en el mercado laboral…
–Eso debe tener un correlato de una política que apueste al desarrollo, y no puede estar sólo en infraestructura, porque para el trabajador tiene una vida corta. Podemos decir que vamos a hacer 1000 viviendas, con tres empleados por vivienda, en cinco meses. ¿Y después? Tiene que haber otra inversión pública.
Queremos plantear una alternativa en 2023 para gobernar la provincia porque hay cosas para cambiar.
«Sé que a muchos les molesta nuestro estilo»
-Mirando al peronismo en la provincia, además de sus intenciones hacia la gobernación, también están las del actual gobernador Capitanich y del ex gobernador Domingo Peppo ¿cómo se ordena eso rumbo a las elecciones y dentro del gran espacio que es el Frente de Todos?
–El nuevo sistema permite que todo el desgaste se haga de una sola vez. Acompañamos el proceso para que se haga una sola elección y que todas las listas participen allí. Eso nos permite a todos los candidatos participar una sola vez y no molestemos más al vecino con elecciones. Nosotros teníamos la posibilidad de hacer la elección (municipal) en otra fecha, pero si vengo planteando que la gente está cansada de los políticos y del gasto político, por qué voy a poner otra fecha para la elección. Seguramente será más difícil porque Coqui (Capitanich) tendrá un candidato fuerte (para Resistencia) y estará él empujando. Pero uno en la vida debe elegir. Sé que a muchos les molesta nuestro estilo, pero me gusta hacer algunas cosas a propósito cuando sé que algunas personas están haciendo mal las cosas, cuando sé que son hipócritas que se muestran ante la sociedad como carmelitas descalzas y siempre han vivido de los curros en torno al poder del Estado. Hay que terminar con todo esto, encontrar gente que tenga otros valores, no sólo en la política sino en todas las instituciones.
Hay que terminar con toda esa gente que siempre ha vivido de los curros en torno al poder del Estado y encontrar gente que tenga otros valores, no sólo en la política sino en todas las instituciones.
-En esta carrera política hacia la gobernación y con otro espacio importante por ocupar que es la intendencia de Resistencia ¿cree que la construcción debe ser frentista?
–Totalmente. Se debe mantener y ampliar la filosofía que hemos construido en el espacio CER. Sé a lo que me expongo con mis declaraciones. El vuelto no será caramelos. Hay sectores que utilizan cualquier método para poder lastimar. Pero alguien debe empezar a decir las cosas. Mucha gente me alertó sobre mi familia cuando decidimos sacar a los mafiosos de la municipalidad. Pero alguien lo tenía que hacer.
Fallo de la Corte: «El camino no es la desobediencia total»
-Tras el fallo de la Corte Suprema en favor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el reclamo de recorte de fondos coparticipables ¿ve un impacto en los recursos que la Nación distribuye? ¿Quién resulta más perjudicado con esta decisión judicial?
–En un país donde todavía no está resuelta la batalla entre unitarios y federales, siempre perjudica al interior. Es algo que beneficia en esta instancia en términos nominales netos a CABA. Pero para ser justos en la discusión, también tenemos que ver que no hay una herramienta de fondo que pueda definir claramente cómo se resuelve la coparticipación de impuestos a toda la Argentina y con qué mirada. Desde los ’90, tenemos pendiente la discusión de una nueva ley de coparticipación federal.
Nos estamos peleando entre las representaciones de los Estados territoriales, pero en realidad tenemos un gran problema: que el 70% de los recursos se los queda el Estado Nacional y un 30% se distribuye al país. Allí es donde siempre existe la discrecionalidad para el manejo de ese volumen de recursos. Nosotros lo padecemos en Resistencia: tenemos 34 proyectos presentados en Obras Públicas de la Nación para construir corredores viales en grandes avenidas que conectan muchos barrios, 122 plazas en el Programa Argentina Hace, 88 proyectos en el Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), y nunca tuvimos en estos tres años un proyecto aprobado por la Nación. Wado (De Pedro, ministro del Interior), por teleconferencia me hizo firmar un convenio de asistencia a Resistencia por la afectación del Covid en el inicio de la pandemia, por un millón de dólares del cual hemos recibido un 25%.
Estas cosas se transforman en normales en la política argentina, y está mal que el gobierno que concentra el 70% de los recursos te dé obras o financiamiento solo si sos amigo o si estás arrodillado políticamente. Por eso la verdadera discusión es hacer una nueva ley de coparticipación federal donde la mayor parte de los recursos sean administrados por quienes están en el territorio, que son quienes tienen el manejo de la realidad, el contacto con el vecino.
-Con lo que refleja de los proyectos que no fueron aprobados por la Nación ¿se siente marginado por su propio espacio político?
–No aboné nunca a los ismos. Soy militante del justicialismo desde hace más de 30 años. Me molesta la gente que habla del Gustavismo, porque creo que daña mucho a la política y es parte del siglo pasado. Digo las cosas que pienso y sé que van a molestar. Hay mucha gente que vive de los privilegios de los ismos, que está todo el día detrás de ese dirigente que idolatra. Pero es porque está sacando algo a cambio, una ventaja personal. Eso tenemos que cambiar porque nos ha hecho mucho daño. Mi líder conceptual falleció el 1 de julio de 1974 y después no hay más ismos.
-Volviendo a las repercusiones por el fallo judicial por la coparticipación, el gobernador Jorge Capitanich pidió al gobierno nacional desconocer lo dispuesto por la Corte. ¿Usted piensa que ese es el camino?
–No. El camino es realizar las instancias que prevé el marco jurídico, que es la Corte Interamericana y luego la Corte Internacional. Claramente hay un conflicto entre los dos principales poderes del Estado. El camino no es la desobediencia total, porque si no nada tenemos que reclamarle a alguien que corta la calle o que anda con un carro tirado por un caballo. Es decir, con esa gente vamos a ser duros y vamos a pedir sanciones, mientras nosotros vamos a decir desobedezcamos todo. Estas medidas tienen un tinte político, todo se enmaraña en este país con este tipo de cuestiones. Eso nos hace un país de una dirigencia bastante berreta. Tenemos que ser más serios para poder acordar agendas más allá de lo berretizado y los fuegos artificiales permanentes.