Intervención del BCRA en el tipo de cambio: Un revés para el sector agrícola argentino

El gobierno nacional, liderado por el equipo económico libertario, ha intensificado sus esfuerzos para controlar el tipo de cambio, una estrategia que genera preocupación en el sector agrícola. Este martes 15 de julio de 2025, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) reanudó operaciones de pases pasivos con entidades bancarias a una tasa anual de hasta el 36%, superando en 15 puntos la inflación proyectada para 2025 (20,8%) según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM-BCRA). Además, intervino con fuerza en el mercado de futuros de dólar A3, buscando mantener el tipo de cambio estabilizado como ancla inflacionaria, según informó Bichos de Campo. Estas medidas, que incluyen la licitación de seis Letras del Tesoro Nacional (LECAPs) para absorber liquidez en pesos, afectan directamente a los productores agrícolas, quienes dependen de un tipo de cambio competitivo para compensar la caída de los precios internacionales de granos.

Estrategia monetaria: Pases pasivos y futuros de dólar

El BCRA implementó una batería de instrumentos financieros para “secar” el mercado de pesos y desalentar la demanda de dólares. La reanudación de los pases pasivos al 36% refleja un intento agresivo de absorber liquidez, mientras que la intervención en el mercado de futuros de dólar A3 alcanzó un volumen de 2.970 millones de dólares, el mayor desde el 8 de mayo de 2025, según datos de la consultora Romano Group. El interés abierto creció en 335 millones de dólares, concentrado en contratos de julio y agosto de 2025, lo que logró revertir las alzas matutinas en los precios de los futuros hasta noviembre. Sin embargo, los contratos posteriores a diciembre de 2025, especialmente los de 2026, cerraron con subas, indicando que la intervención no logró controlar completamente las expectativas a largo plazo.

Estas acciones responden a la Fase 3 del programa económico iniciado en diciembre de 2023, que incluye un régimen de flotación cambiaria dentro de una banda de $1.000 a $1.400, con un ajuste mensual del 1%. El BCRA busca estabilizar el tipo de cambio para anclar la inflación, respaldado por un acuerdo con el FMI que prevé un superávit primario del 1,3% del PBI en 2025 y una acumulación de reservas de 4.000 millones de dólares anuales hasta marzo de 2025.

Impacto en el sector agrícola

La estrategia del BCRA tiene consecuencias directas para los empresarios agrícolas, ya que un tipo de cambio “planchado” reduce su competitividad en un contexto de precios internacionales de granos a la baja. El martes, la soja para septiembre de 2025 en el mercado CME Group cayó a 362,7 u$s/tonelada (-2,2 u$s/tonelada), el trigo a 197,6 u$s/tonelada (-1,2 u$s/tonelada), mientras que el maíz registró una leve suba a 157,9 u$s/tonelada (+0,4 u$s/tonelada), aunque acumula pérdidas mensuales. La reciente devaluación del peso había permitido mitigar estas caídas, pero la intervención oficial limita este alivio, afectando los ingresos de los productores.

Posts en X, como los de @valorsomplifiar y @BichosdeCampo, reflejan el malestar del sector, calificando la política cambiaria como una “pésima noticia” para los agricultores, quienes enfrentan un sobrecSixto de 1.000 millones de dólares por un tipo de cambio artificialmente apreciado. La Federación Rural también criticó la política, exigiendo un dólar a $54 para recuperar competitividad.

Un equilibrio delicado

La intervención del BCRA, aunque efectiva para controlar la inflación a corto plazo, genera tensiones con sectores exportadores como el agrícola, que dependen de un tipo de cambio competitivo. La estrategia se alinea con el saneamiento del balance del BCRA, que eliminó los pases pasivos en julio de 2024, trasladando la deuda a Letras Fiscales de Liquidez (LEFI) del Tesoro, con vencimiento el 17 de julio de 2025. Sin embargo, la capitalización de intereses en estas letras podría incrementar la deuda en pesos del Tesoro, trasladando la presión financiera al próximo año electoral.

El gobierno enfrenta un dilema: mantener el tipo de cambio controlado para cumplir metas inflacionarias o flexibilizarlo para apoyar a sectores clave como el agro. ¿Podrá el BCRA sostener esta política sin comprometer la competitividad exportadora? ¿Qué medidas podrían mitigar el impacto en los productores agrícolas del Chaco? Invitamos a los lectores a compartir sus perspectivas en los comentarios.

Fuentes: Bichos de Campo, Romano Group, BCRA, Ámbito, Infobae