La importancia crucial de cuidar de manera integral el riñón y el corazón

Ambos órganos tienen un fuerte vínculo. Casi podría decrise que de la suerte de uno depende la del otro. De allí la necesidad de cuidarlos.
La insuficiencia cardíaca (IC) es una condición en la cual el corazón no puede bombear suficiente sangre para que se concreten las funciones fundamentales del organismo y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 60 millones de personas en todo el mundo y es la principal causa de hospitalización en personas mayores de 65 años.
Esta insuficiencia afecta la calidad de vida de los pacientes porque no pueden hacer sus actividades diarias, se vuelven más dependientes y están expuestos a mayor número de hospitalizaciones, y es la principal causa de muerte cardiovascular.
EFECTO RENAL
La mitad de los pacientes con insuficiencia cardíaca también sufren insuficiencia renal y, con el aumento en la supervivencia de ambas enfermedades, se espera que esta coexistencia siga creciendo, lo que plantea nuevos desafíos para el tratamiento integral de estos pacientes.
Categorizada como silenciosa por su ausencia de síntomas, la Enfermedad Renal Crónica (ERC) está presente entre el 30% a 50% de los pacientes con diabetes tipo 2 y por ser asintomática y considerada «invisible» para los pacientes, hasta un 80% de ellos no tendrán un diagnóstico de esta condición en un estadio temprano.
La enfermedad renal crónica es un importante factor de riesgo cardiovascular y puede aparecer a consecuencia de la hipertensión y la diabetes. En este marco es importante comprender la relación entre el riñón y el corazón. La insuficiencia renal y la cardíaca frecuentemente coexisten, que intensifica el impacto en la salud de los pacientes. Es ese marco, la innovación en los tratamientos para abordar esta interrelación es fundamental.
La doctora Mirta Diez, jefa del Programa de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires afirmó: «Existe una estrecha relación entre el riñón y el corazón. El deterioro de la función de uno impacta negativamente en el otro, por lo que es crucial reconocer esta conexión. En pacientes con insuficiencia cardíaca, aproximadamente la mitad desarrollará algún grado de deterioro renal con el tiempo, y lo mismo ocurre a la inversa. Si logramos mejorar la función de uno de estos órganos, el otro también se beneficiará».
«Mejorar la función renal favorecerá al corazón, y si el corazón mejora, el riñón también lo hará. Por eso, la interrelación entre corazón, riñón y otros factores metabólicos es de vital importancia», marcó la especialista al retratar ese vínculo tan estrecho.