La nafta argentina, la segunda más cara de la región: los impuestos en el centro del debate

Un panorama preocupante para los consumidores

El 30 de junio de 2025, Guillermo Borelli, representante de los Trabajadores Petroleros de Córdoba, encendió la polémica al señalar en una entrevista con Radio Rivadavia que la nafta argentina es la segunda más cara de la región, solo superada por Uruguay. A pesar de contar con los vastos recursos de Vaca Muerta, Argentina enfrenta precios de combustibles que superan incluso a los de países sin producción petrolera, como Brasil. Según Borelli, la causa principal de este fenómeno radica en la elevada carga impositiva que encarece los combustibles y genera cuestionamientos sobre la transparencia en el uso de los fondos recaudados.

La carga impositiva como principal culpable

Borelli apuntó directamente a la estructura tributaria, que incluye el Impuesto sobre los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC), recientemente ajustados por el Decreto 441/2025. Estos impuestos, sumados a otros gravámenes y peajes, representan una porción significativa del precio final en los surtidores. “Se paga un impuesto para conservar las rutas, pero éstas se encuentran en mal estado, y además se aplican peajes que no se utilizan para este propósito”, denunció el gremialista, cuestionando el destino de los fondos recaudados. Esta opacidad, según Borelli, alimenta la percepción de que los impuestos no se traducen en mejoras tangibles para los ciudadanos.

El impacto de los altos precios es evidente en el comportamiento de los consumidores. Las ventas de combustibles han disminuido entre un 7% y un 10%, según estimaciones del sector. “La gente ya no puede llenar el tanque. Se escucha mucho el ‘cargame diez mil’, ‘poneme cinco de gas’. Si no alcanza para comer, mucho menos para mover el auto”, afirmó Borelli, reflejando la creciente presión económica sobre los hogares argentinos.

La iniciativa de YPF: ¿una solución real o una “engaña pichanga”?

En un intento por reducir costos y ofrecer alivio a los consumidores, YPF lanzó una prueba piloto que otorga un 5% de descuento en la carga de nafta entre las 23:00 y las 6:00 en cinco estaciones de servicio sin atención de playeros. Sin embargo, Borelli criticó duramente esta medida, calificándola como una “engaña pichanga”. “¿Quién va a levantarse a las tres de la mañana para cargar nafta con un 5% de descuento? Te cagás de frío, te exponés solo, y ahorrás apenas unos pesos. No tiene sentido”, sentenció.

La iniciativa de YPF busca incentivar el autoservicio para optimizar recursos, reubicando a los empleados nocturnos en turnos diurnos con mayor demanda. Aunque un playero estará presente para asistir en el proceso durante la prueba piloto, el objetivo final es reducir costos operativos y minimizar los tiempos de espera en horarios pico. Sin embargo, la limitada implementación (solo cinco estaciones en todo el país) y el escaso beneficio económico han generado escepticismo entre los consumidores y los trabajadores del sector.

Los trabajadores no son el problema

Borelli fue categórico al defender a los empleados de las estaciones de servicio, cuyo salario representa apenas el 3% del costo total del combustible. “No vengan a hacernos responsables del precio de la nafta. Esto es parte de un modelo donde la política no quiere mostrar adónde van realmente los impuestos”, afirmó. Su declaración pone el foco en la necesidad de una revisión integral de las políticas impositivas y de precios, en lugar de trasladar la responsabilidad a los trabajadores o a medidas superficiales como los descuentos nocturnos.

Implicaciones económicas y sociales

El alto costo de los combustibles no solo afecta a los consumidores individuales, sino que también impacta en la economía en general, al encarecer el transporte y los bienes de consumo. La disminución en las ventas de combustibles refleja una contracción en el poder adquisitivo, en un contexto de inflación persistente y salarios que no logran seguirle el paso. La reciente confirmación de un aumento parcial de impuestos a partir del 1 de julio, con un ajuste completo programado para agosto (Decreto 441/2025), podría exacerbar esta situación, anticipando nuevos incrementos en los surtidores.

El caso de Argentina, con recursos petroleros de clase mundial como Vaca Muerta, plantea un contraste paradójico: a pesar de su potencial energético, los consumidores enfrentan precios elevados debido a decisiones de política fiscal. La falta de transparencia en el destino de los impuestos, sumada a la percepción de ineficiencia en el mantenimiento de infraestructura como las rutas, alimenta el descontento social.

Un debate urgente

La situación de los combustibles en Argentina

Sistema: de manifiesto la necesidad de una discusión más amplia sobre la estructura impositiva y la política de precios en el sector energético. ¿Qué medidas crees que podrían implementarse para reducir el precio de los combustibles sin comprometer los ingresos fiscales del Estado? ¿Es razonable culpar a los impuestos por los altos costos, o hay otros factores en juego? Comparte tus ideas en los comentarios y analicemos juntos cómo equilibrar las necesidades económicas de los ciudadanos y del país.