Las huertas comunitarias en Sáenz Peña, resentidas por la sequía

La propuesta fue un éxito pero la falta de agua imposibilita la multiplicación. La necesidad de que La Niña emprenda su retirada y el régimen de lluvias se normalice es urgente.

La sequía en la zona urbana se hace sentir en las huertas comunitarias que fueron impulsadas por el INTA, consideradas ‘un éxito en Presidencia Roque Sáenz Peña, pero que se encuentran actualmente con la tierra preparada a la espera de que se cumplan los pronósticos de lluvias para volver a producir. La propuesta de quintas urbanas fue sugerida hace unos años por el INTA, con el impulso local de la Agencia de la ciudad, lográndose activar ocho huertas que convocan la responsabilidad comunitaria de cientos de vecinos de distintas barriadas. La necesidad de que La Niña emprenda su retirada y el régimen de lluvias se normalice es urgente, porque actualmente ninguna de las iniciativas cuenta con agua almacenada para mantener los cultivos, en consecuencia no hay producción.

‘Las huertas hoy están paradas y con los terrenos preparados para que, ni buen llueva, iniciar con las labores de siembra de cucurbitáceas y, en marzo, la siembra de verduras de hoja‘, explicó el agrónomo Juan Tanfeld, técnico de la Agencia Sáenz Peña del Inta y el responsable, junto a la ingeniera Mariela Fogar como responsable de la dependencia, de impulsar el desarrollo de cada una de las plantaciones.

‘Agua es lo que falta, pero en algún momento lloverá y ya estamos preparados con todos los terrenos trabajados por la rome del municipio para arrancar de cero apenas la humedad lo permita‘, remarcó el optimista técnico del INTA.

ÉXITO COMUNITARIO

La propuesta de quinta comunitaria fue ‘un éxito‘ en la segunda ciudad del Chaco, llegándose a generar ocho proyectos en aquellas zonas de la ciudad en las que el agua permitía su instalación. La propuesta encontró vecinos responsables y algo más de trescientos se involucraron en el cultivo de sus propias verduras, con la posibilidad de que el excedente del autoconsumo pueda ser comercializado, generando ingresos para la economía familiar.

‘En algunos casos, como ocurre con la huerta del movimiento popular Darío Santillán, son ciento veinte mujeres que le encontraron la vuelta y, cultivando cinco hectáreas, no solamente alimentan a sus familias sino que también venden en el mercado municipal, aprovechando la posibilidad de comerciar que les da el fruto de su trabajo‘, indicó Juan Tanfeld.

CONTRATIEMPOS NATURALES

La crisis por sequía que se atraviesa desde hace tres años frenó la multiplicación de las huertas comunitarias, ‘porque al no disponer de agua de red para el riego la única opción son los reservorios‘. Los proyectos, en consecuencia, también tienen la limitante de la ubicación, ya que solamente pueden ser instaladas en aquellas áreas de la ciudad que cuenten con alguna posibilidad de proveer de agua a los sembrados. Los obstáculos que se deben saltear para concretar las huertas igualmente no impidieron que en Sáenz Peña ‘se pueda considerar que las huertas comunitarias son un éxito‘. Los impedimentos para reunir a los vecinos para producir sus propias verduras se concentran en los terrenos que se puedan conseguir y la disponibilidad de agua del lugar. Un problema adicional, ‘que en esta temporada se potenció‘, son los días de calor extremo para los que se necesita de cobertura que ayude a mitigar los efectos ‘soplete‘ de las elevadas temperaturas.

Es válido remarcar que ‘en las huertas comunitarias se trabaja con un tratamiento agroecológico de los cultivos, sin uso de agroquímicos‘, lo que implica que bien vale el involucramiento del consumidor para ‘sugerir‘ que el Estado provea de la infraestructura necesaria a los vecinos que apostaron por generar su propio alimento y proveer a la demanda local.