Los terrenos designados para el cultivo de girasoles aguardan la llegada de la humedad necesaria para proseguir con el proceso de siembra.

La esperanza sigue intacta con la ventana que permanece abierta a la espera de que para finales de la semana se cumpla la posibilidad de chaparrones.

La ventana de siembra para el girasol todavía permanece abierta a la espera que para finales de la semana se cumpla la posibilidad de que se registren chaparrones. En algunas zonas, como el departamento General Belgrano, suman unas diez mil hectáreas mientras otras chacras esperan humedad para sumar superficie.

En el departamento General Belgrano suman unas diez mil hectáreas, mientras esperan humedad para sumar superficie.

La esperanza nunca se pierde y «se mantiene la expectativa de que para la noche del jueves se den chaparrones y si eso ocurre la actividad agrícola se reiniciará, especialmente con aquellos productores que están esperando para sembrar girasol». El análisis lo hace el ingeniero Miguel Samardich, delegado del Ministerio de Producción en el distrito que tiene como cabecera a Corzuela.

En el registro del departamento General Belgrano se contabilizan diez mil hectáreas que fueron implantadas con la oleaginosa desde la segunda quincena de julio y hasta los primeros días de agosto, «quedando sin sembrar lotes dudosos». En los «lotes dudosos» los productores «están esperanzados de que con chaparrones de veinte milímetros se puedan hacer esas hectáreas que están faltando».

El perfil, como consecuencia de la falta de lluvias, «tiene el perfil de humedad muy abajo. «Los primeros quince centímetros son los que están secos y con la siembra que se realizó desde julio es la profundidad que no pudieron pasar para alcanzar la humedad del perfil», explica Samardich.

La expectativa sigue estando «porque todavía queda fecha para la siembra de girasol y, si los pronósticos de lluvia para esta semana se cumplen, se va incrementar bastante la superficie en el General Belgrano».

La siembra de girasol que se pudo hacer, «casi el noventa por ciento fue en labranza convencional en las diez mil hectáreas, con buena disponibilidad de humedad el perfil al momento de la implantación».

«El productor que inició la campaña a finales de julio buscó en la profundidad la humedad, como normalmente se hace con el girasol, en lotes que estaban preparados con tiempo y que no estaban ocupados con otros cultivos como soja, maíz o sorgo», detalla el ingeniero Miguel Samardich.

«El mayor porcentaje del girasol está sembrado en convencional y ojalá comience a llover suficiente para que el chacarero vuelva a realizar cultivos de cobertura y de gran aporte de rastrojo a los lotes para volver, como era antes, a trabajar en siembra directa», añadió.

Emerger con esperanza

La oleaginosa que fue sembrada «ya están con entre cuatro y seis hoja, con muy buen nacimiento y en óptimo estado porque el productor logró que la semilla alcance la humedad disponible y el girasol, aún con esa poca disponibilidad, responde con una buena emergencia».

Lo positivo, dentro del panorama complicado por la falta de lluvia, es que el cambio constante de la dirección del viento «no afecto el girasol que está nacido». Los días que se registraron con intenso viento norte, con polvo levantado que podría provocar daño por el golpe de las partículas contra las hojas o tallos, no afectó el cultivo».

«El porte de las plantitas es muy pequeño todavía y si bien el viento fue fuerte no son tan intensos como para convertirse en una tormenta de arena o arenilla que podría provocar daños», detalla. «ES cierto que tenemos días cambiantes, con frío y calor en pocas horas, pero el girasol sigue avanzando en su crecimiento, exponiendo un buen estado», acota optimista Miguel Samardich.

Trigo demandante

El grano aceitero sembrado todavía aguanta esperando la lluvia, «pero el trigo en el departamento General Belgrano, está comenzando a sentir el estrés hídrico». El grano panadero «empezó a sentir al falta de agua, con algunos lotes que ya están en hoja bandera, un período que incrementa el requerimiento de humedad».

«El trigo se había sembrado con muy buena disponibilidad de agua en el perfil y tuvo excelente nacimiento y crecimiento, pero estaría necesitando ahora el aporte de la lluvia», dijo. En el departamento General Belgrano se implantaron nueve mil hectáreas con trigo, «una superficie superior al promedio histórico de la zona».