«Quién sabe qué pasó, pero me culpan a mí»

El principal imputado por el presunto femicidio de Johana González dialoga con un amigo o familiar. A través del extracto digital conseguido por este diario intenta despegarse del hecho, manifiesta los sentimientos que lo invadían horas antes del macabro descubrimiento de parte de los restos de la mujer y niega haber sido su pareja

En un audio exclusivo al que tuvo acceso NORTE, en una conversación con un amigo, familiar o allegado, el presunto femicida de Johana González intenta desvincularse del hecho, expresa los sentimientos que lo invadían horas antes del descubrimiento macabro de parte de los restos de la mujer y niega haber sido su pareja. Repitiendo un guion, Mario Barrientos habla con una persona de Villa Seitor cuando ya era inminente el hallazgo en la laguna de Villa Seitor. De esta manera, quien actualmente se encuentra detenido en el Complejo 1 del Servicio Penitenciario Provincial (Alcaidía) y estaría por prestar declaración como imputado, trataba de deshacerse de las sospechas que ya pesaban sobre él en el barrio, ya que el caso se había vuelto público y lo señalaban como el principal sospechoso de la desaparición de la mujer hasta ese momento.

En el extracto de audio conseguido por este diario, se afirma que si los perros hubieran sentido el aroma de la mujer en cuestión, habrían roto la puerta para llegar hasta ella. El hablante se defiende diciendo que es inocente y está limpio. También acusa a la madre de Joahana de afirmar que él era la pareja de la mujer, algo que niega rotundamente. Además, se queja de que le echan la culpa de algo que ni siquiera sabe qué pasó.

El hombre que se entregó en la ciudad de Corrientes y fue trasladado a Resistencia en un gran operativo inter-fuerzas el martes pasado, busca tener una conversación reflexiva con lo que sería un amigo y expresa: «Lo que más me duele es mi familia. Te juro que a mis 42 años, mi familia no sabía que yo consumía servicios de mujeres en la calle, ¿entiendes? Siempre me vieron como un ejemplo y mira todo esto». «Además soy diabético, tengo el nivel de azúcar a 600. Y pienso en mi madre, en mis hermanas; es una vergüenza… No sé, pasan por mi mente 80 mil cosas. Hasta me da vergüenza ver al dueño del alquiler», concluye, quizás queriendo que se conozca su supuesta enfermedad en un intento por atenuar su situación legal.

Después de estar prófugo de la justicia por casi 24 horas, la policía ubicó al hombre de 41 años el domingo 2 de junio en Corrientes, a más de 19 kilómetros de la casa en alquiler donde vivía y que fue allanada el jueves.

El caso

El descubrimiento del cuerpo de Johana González se realizó en la laguna Seitor el sábado pasado, a 100 metros de una casa allanada dos días antes, donde vivía Mario Barrientos. Según fuentes policiales, alrededor de la 1 del sábado, como parte de la búsqueda de Johana González, se encontró en la laguna ubicada en la calle Juan Perón y Fray Bertaca una bolsa negra que contenía «un cráneo, vísceras y huesos», que se cree son de la mujer que estuvo desaparecida durante 11 días.