Reforma laboral: el recorte de un punto en aportes le quita más de $100.000 millones mensuales a las obras sociales

El proyecto oficial baja del 6% al 5% la contribución patronal. Sindicalistas y expertos advierten sobre el colapso del sistema de salud sindical, ya en crisis. El Gobierno argumenta que abarata el costo laboral para generar empleo formal.

Más allá de la polémica por la flexibilización de las indemnizaciones y los contratos, la reforma laboral que debate el Congreso esconde un golpe millonario al financiamiento de la salud de los trabajadores. El proyecto incluye una baja de un punto porcentual en el aporte patronal a las obras sociales, que pasaría del 6% al 5%, mientras se mantiene el 3% de los trabajadores. Según estimaciones sindicales y de expertos, este recorte implicaría una pérdida superior a los $100.000 millones mensuales para el sistema de salud sindical, que ya atraviesa una “extrema fragilidad financiera”.

“Las obras sociales están quebradas. El sistema está quebrado. Esta reforma está orientada a quebrar a los sindicatos”, apuntó a este diario José Luis Lingieri, titular de acción social de la CGT. En tanto, Carlos Regazzoni, médico y exdirector del PAMI, calificó la medida como un error «técnico» que profundizará la crisis: “La recaudación per cápita será menor, pero los episodios de salud crecerán con más afiliados”.

Los números del desfinanciamiento

Según los cálculos del sector, el recorte tendría un impacto bifronte:

  1. Fondo Solidario de Redistribución (FSR): Pérdida de $16.500 millones mensuales. Este fondo es clave para equilibrar los recursos entre obras sociales grandes y chicas.
  2. Obras sociales individuales: Una merma de hasta $90.000 millones al mes.

La suma da un total de $106.000 millones menos por mes ingresando al sistema. Este golpe llega en un momento crítico: se estima que el costo del Programa Médico Obligatorio (PMO) ronda los $65.000 a $70.000 mensuales por afiliado, una cifra que ya es insostenible con una base de aportes reducida y que concentra a trabajadores de menores ingresos (los de mayores salarios suelen derivar sus aportes a prepagas).

El cuello de botella: la discapacidad y un sistema al límite

Lingieri reveló uno de los factores que tensiona al máximo el sistema: cerca del 90% del Fondo Solidario se destina hoy a prestaciones vinculadas a la discapacidad, como el transporte escolar especial. Esto limita severamente los recursos disponibles para el resto de las prestaciones médicas obligatorias.

Frente al desfinanciamiento crónico, muchos gremios ya están aportando fondos propios para evitar el colapso de sus obras sociales, una práctica que, advierten, no es sostenible en el tiempo.

La lógica oficial y la réplica sindical

El argumento del Gobierno es claro: al abaratar el costo laboral (que incluye cargas sociales), se incentiva la generación de empleo formal, lo que a la larga ampliaría la base de aportantes. “La intención es que haya más empleo formal, lo que generaría a su vez mayor recaudación”, explicó Regazzoni, aunque él mismo descree de este efecto neto positivo en el corto y mediano plazo para la salud del sistema.

Los sindicatos responden con otra mirada. Lingieri criticó: “El costo laboral son también Ganancias, Ingresos Brutos, tasas municipales y el impuesto al cheque. Eso no lo tocan. Esta reforma la armaron los grandes estudios de empresarios y poder político”.

¿Usted qué opina?
La reducción de aportes patronales a las obras sociales, ¿es una herramienta válida para abaratar el empleo formal, o un riesgo inadmisible para el sistema de salud de los trabajadores, que ya está en crisis? El debate sobre quién paga el ajuste está servido. Participe en los comentarios.

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