Río Bermejo desborda: familias aisladas y viviendas bajo agua en Salta y Chaco

Chaco, 24 de marzo de 2025

La crecida del río Bermejo ha puesto en jaque al norte argentino, dejando un rastro de familias aisladas, viviendas inundadas y comunidades al borde del colapso en Salta y Chaco, cerca del límite con Formosa. A una semana del desborde del río Pilcomayo, que ya había obligado a evacuar a más de 500 personas y aislado a 15 comunidades, el Bermejo suma una nueva capa de emergencia a una región golpeada por el agua. Caminos intransitables, cortes de luz y falta de agua potable son la postal de parajes “encapsulados” como Las Vertientes y Larguero. ¿Hasta dónde llegará esta crisis? Te contamos todo y queremos saber: ¿qué hace falta para que la ayuda llegue?

Una doble tragedia hídrica

El río Bermejo, que marca el límite entre Chaco y Formosa en su tramo final, se salió de control tras intensas lluvias en su cuenca alta. En Salta, localidades como Las Vertientes, Larguero y El Chañaral están rodeadas por el agua, con casas anegadas y sin acceso a servicios básicos. En el Chaco salteño, el panorama es igual de desolador: comunidades wichí como La Esperanza, San Felipe, El Cocal, El Breal y Campo Pañuelo claman por asistencia, incomunicadas por tierra. “Es como si estuviéramos en una isla”, describió un vecino a El Caudillo.

Esto se suma al golpe del Pilcomayo, que hace una semana arrasó con viviendas y dejó 15 comunidades aisladas en Salta. La Comisión Regional del Bermejo (COREBE) informó que, aunque los niveles bajan en la cuenca alta (Grande de Tarija e Iruya-Pescado), la cuenca del Río San Francisco sigue en crisis, con valores en aumento. En Rivadavia Banda Sur, los últimos tramos de la Ruta 13 están bajo agua, mientras Banda Norte resiste rodeada pero sin evacuados.

Esfuerzos contra reloj

En Chaco, SAMEEP trabaja a contrarreloj para proteger la Planta de El Pintado y garantizar agua potable. “Son muchas acciones en poco tiempo”, dijo su coordinador, aunque la ayuda terrestre no llega a los parajes más críticos. En Salta, el intendente de Morillo, Marcelo Córdova, reconoció la gravedad: “Los caminos están comprometidos, cualquier emergencia se agrava”. Anunció que esta semana llegarán helicópteros con bolsones de asistencia, pero admitió que la logística limita la respuesta.

Las redes sociales reflejan la desesperación. @SaltaAlerta tuiteó: “Bermejo y Pilcomayo nos ahogan, ¿dónde está el Estado?”. @ChacoVivo retrucó: “Familias sin luz ni comida, SAMEEP hace lo que puede, pero no alcanza”. @WichiVoz clamó: “Nuestras comunidades están solas, el agua nos rodea”.

Un norte en emergencia

La combinación de ambos ríos dibuja un mapa de vulnerabilidad. En Salta, la Ruta 13 colapsó y parajes como El Chañaral están “encapsulados”, sin posibilidad de recibir ayuda por tierra. En Chaco, la crecida amenaza la potabilización y deja a cientos sin servicios. Aunque COREBE ve una leve mejora en algunas zonas, la cuenca del San Francisco mantiene la alerta roja. “Esperamos el helicóptero, pero es ayuda limitada”, insistió Córdova.

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  • Helicópteros con comida y agua
  • Reparar caminos ya
  • Energía y agua potable
  • Todo, es un desastre total