Síndrome de Fortunata: Buscar el Amor en Personas que Ya Tienen Pareja

9 de Mayo de 2025 — «Tu marido es mío y te lo tengo que quitar…», es una frase que figura en la novela española «Fortunata y Jacinta», de Benito Pérez Galdós. Fortunata está enamorada de un hombre casado, Juan Santa Cruz. Ambos ceden al deseo y mantienen una relación en secreto, a espaldas de Jacinta, la esposa de él. De esta historia proviene el llamado «síndrome de Fortunata», que puede presentarse tanto en hombres como en mujeres y se caracteriza por entablar vínculos de dependencia emocional hacia personas casadas o en pareja.
¿Casualidad o Factores Personales?
Ser frecuentemente parte de relaciones amorosas «paralelas» no es solo casualidad, según los psicólogos. «Fortunata no solo ama a un hombre casado, sostiene una espera y una ilusión romántica en paralelo a su invisibilización», explica Victoria Almiroty, licenciada en Psicología, en un artículo sobre el tema publicado por el diario La Nación. El foco no está en el triángulo amoroso, sino en la lógica psíquica que sostiene ese lugar: amar desde la falta, desde el borde.
Patrones Recurrentes
Algunos de los patrones recurrentes en estas personas son:
- Vínculos Familiares Disfuncionales: Almiroty describe la forma inconsciente que tienen muchos sujetos de lidiar con experiencias traumáticas o dolorosas. «Varias de las elecciones adultas son readaptaciones de escenas infantiles donde el amor fue intermitente, condicionado o inaccesible. Ese ‘otro’ no disponible puede representar a una madre absorbida, un padre ausente», explica.
- Autoimagen Deteriorada: «Esta figura del amante busca incesantemente que el otro la valide antes que a su pareja oficial», dice Carina Mitrani, psicóloga. Y añade: «Hay cierto nivel de indignidad en no creerse merecedor de algo mejor o en aceptar que la otra persona te mantenga en las sombras y no te presente a sus amigos ni te invite a cenas».
- Ilusión de Control: También existe una falsa sensación de poder/control sobre el vínculo. «El amante cree que manda, que pone los tiempos y que es quien realmente es amado porque la tercera persona la que no está al tanto de vínculo vive en ingenuidad», sugiere Almiroty.
- Competencia: Almiroty señala: «Están siempre buscando ganarse a ese amor de madre/padre que fue inalcanzable o por el que competían con otros hermanos». En concreto, explica, no es que se está enamorado de una persona determinada, sino que el motivo principal detrás de ese deseo es el de «ganársela» a otra.
- Victimización: «Está estudiado que el papel de víctima y la actitud de quejarse producen y se segregan endorfinas», añade Mitrani. Según revela, esto ocurre porque la queja genera un tipo de placer morboso. A pesar de que suene como si estuviera sufriendo, en el fondo hay un placer oculto, asegura.
- Atracción por lo Prohibido: Ambas especialistas coinciden en que la atracción por lo prohibido potencia neurotransmisores relacionados con la excitación. «El deseo es el deseo del otro y si el otro ya está tomado, más deseable se vuelve», es una idea central en la teoría psicoanalítica de Jacques Lacan.
¿Es Posible Desarmar Estos Patrones?
El primer paso, indican las profesionales, es no moralizar. «No es cuestión de ‘esto está mal’, sino que hay que escarbar en qué es lo que se está buscando ahí», dice Almiroty.
Conclusión
El síndrome de Fortunata refleja patrones profundos y complejos que se originan en experiencias tempranas y se manifiestan en la vida adulta. Comprender estos patrones puede ser el primer paso para abordar y transformar estas dinámicas emocionales.
¿Qué opinas de este síndrome y sus implicaciones en las relaciones? ¿Cómo crees que se pueden abordar estos patrones? ¡Comparte tus pensamientos y opiniones en los comentarios!