Triple alerta sanitaria: sarampión, tos convulsa y la nueva gripe H3N2 amenazan a una Argentina con baja vacunación

Un infectólogo pediátrico advierte sobre la caída «dramática» en las coberturas y el riesgo de brotes. El Malbrán ya confirmó los tres primeros casos de la variante de gripe en el país.

Argentina enfrenta una tormenta perfecta de amenazas sanitarias prevenibles con vacunas, en un contexto de caída «dramática» en las tasas de inmunización. A los brotes activos de sarampión y tos convulsa —con diez niños fallecidos por esta última— se suma ahora la confirmación de la llegada de la variante de gripe A (H3N2), conocida como subclado K, al país. El Instituto Malbrán detectó los tres primeros casos en dos adolescentes de Santa Cruz y un niño en la Ciudad de Buenos Aires.

«Hay un brote de todas las enfermedades controlables por vacunas: sarampión, tos convulsa, paperas, etc.», alertó en una entrevista con este diario el doctor Rubén Omar Sosa, infectólogo pediátrico con 40 años de experiencia en el Hospital «Pedro de Elizalde». El especialista señaló que la baja en la cobertura es «multifactorial», pero incluye tanto la «pérdida de confianza en las instituciones» post pandemia como la influencia del movimiento antivacunas.

La gripe H3N2: el peligro no es solo el virus

Si bien la confirmación del subclado K de gripe genera preocupación por su mayor capacidad de contagio, el doctor Sosa puso el foco en un riesgo mayor: «La principal preocupación con la gripe no es el virus en sí mismo, sino las infecciones bacterianas graves que pueden aparecer después», como neumonía, meningitis y otitis.

«Mi mayor preocupación es que estas complicaciones son evitables con vacunas, como la Prevenar 13 contra el neumococo«, explicó. En otras palabras, un sistema de salud ya tensionado podría colapsar no por la gripe, sino por las complicaciones en una población no vacunada.

El sarampión y la tos convulsa: la inmunidad colectiva en jaque

Sosa recordó que para controlar enfermedades como el sarampión se necesita una cobertura superior al 95%. La caída por debajo de ese umbral crea «bolsones de población susceptible» que son focos ideales para brotes. El resurgimiento de la tos convulsa, con diez muertes infantiles, es una prueba trágica de esta dinámica.

El especialista diferenció claramente las vacunas del calendario histórico —como la triple viral (sarampión, paperas, rubéola)—, cuya seguridad está probada por décadas de uso en millones de personas, de las vacunas nuevas como las del COVID-19, que generaron desconfianza. «La sociedad debe reconocer que la trayectoria histórica de las vacunas del calendario nacional ofrece un estándar de certeza«, afirmó.

Un llamado urgente a la confianza en el pediatra

Frente a la desconfianza en las campañas masivas, Sosa destacó un dato esperanzador: «La confianza en el pediatra sigue siendo alta». Por eso, instó a los profesionales de la salud a ser «activistas de la vacunación», informando y convenciendo a las familias en el consultorio.

Con la triple amenaza ya instalada y el verano —época de mayores movimientos y aglomeraciones— a la vuelta de la esquina, el mensaje del experto es claro: recuperar urgentemente las coberturas de vacunación no es una opción, es la única barrera efectiva para evitar una crisis sanitaria mayor.

¿Usted qué opina?
Frente a la baja en la vacunación y la llegada de nuevas amenazas como la gripe H3N2, ¿qué cree que es más efectivo: campañas masivas de concientización, mayor presión del Estado con la obligatoriedad, o el rol clave del pediatra o médico de cabecera? La salud pública está en juego. Participe en los comentarios.