Única Fábrica de Bicicletas del Interior Chaqueño Lucha por Sobrevivir
El propietario «Bicicletas Ariel» compartió su experiencia y reflexiones sobre los desafíos económicos que enfrenta su industria.
La economía local está atrapada entre los discursos optimistas sobre la macroeconomía y la cruda realidad que enfrenta la microeconomía. Para muchos pequeños y medianos empresarios del país, especialmente en regiones alejadas de los centros urbanos, la situación es alarmante. Ariel Ávalos, empresario del rubro fábrica de bicicletas que mantiene en pie la última bicicletería en el interior del Chaco, compartió su experiencia y reflexiones sobre los desafíos económicos que enfrenta su industria.
Ávalos no duda en describir la situación como difícil. Su negocio, que ha sobrevivido gracias a previsiones y acuerdos con sus empleados, enfrenta una lucha diaria por mantenerse a flote. «Hemos tomado las previsiones del caso desde el año pasado, y este año las cumplimos. Gracias a un acuerdo con mis empleados, todos le ponemos el hombro para seguir adelante», relató.
El caso de Ávalos pone en evidencia una problemática común en las pequeñas y medianas empresas (Pymes), como la falta de condiciones igualitarias en el mercado. «No es fácil llegar a un acuerdo con los empleados, salvo que te conozcan y exista una relación de confianza de muchos años», aseguró Ávalos.
IMPACTO DE LA APERTURA DE IMPORTACIONES
Uno de los principales desafíos para la industria de las bicicletas, según Ávalos, es la apertura indiscriminada de importaciones. Esta política, celebrada por algunos sectores, afecta profundamente a otros. «No se puede abrir de la noche a la mañana y poner en igualdad de condiciones a un producto hecho en China, que tiene todos los subsidios del planeta, con un producto hecho por un empresario argentino», enfatizó.
Y explicó que las bicicletas importadas, «muchas veces ingresadas de contrabando desde Paraguay, se venden al mismo precio que las fabricadas localmente. Esto genera una competencia desleal que impacta directamente en la sostenibilidad de los negocios locales. El cristiano que trae de contrabando una bicicleta de Paraguay la puede vender al mismo precio que mi mamá en el negocio», lamentó.
EL PESO DE LOS IMPUESTOS
Ávalos también destacó cómo los impuestos influyen en los precios de los productos nacionales. «Si a nuestra bicicleta le sacamos los impuestos, podríamos reducir el precio hasta en un 30%. Esto no significa que seamos ineficientes, sino que la carga fiscal es abrumadora», afirmó.
Según el empresario, el aumento del dólar blue no afecta a todos por igual. En su caso, la disminución de la brecha cambiaria perjudica a su negocio porque encarece la producción local, mientras que los productos importados continúan ingresando al país sin pagar impuestos. «Nos aprietan como si fuéramos grandes corporaciones, mientras que otros ingresan productos sin pagar un centavo», denunció.
CONSECUENCIAS COLATERALES
El impacto de estas políticas no se limita a los fabricantes. Ávalos ilustra cómo su bicicletería genera empleo y movimiento económico en la región. «Para armar una bicicleta, movilizamos a muchas personas, desde empleados hasta transportistas. En cambio, el contrabando involucra a dos personas como mucho», explicó.
Y aseguró que este efecto multiplicador «también se refleja en pequeños negocios locales. Recuerdo cómo antes, incluso los vendedores de sándwiches y lecheros, obtenían ingresos gracias a su fábrica. Esos ingresos forman parte del producto bruto interno local. Si dejamos de producir, muchas otras personas también pierden oportunidades», reflexionó.